viernes, 6 de enero de 2012

Respuesta de Luis Villoro a la tercera carta del Subcomandante Marcos

Saludos.

1. Continuemos este intercambio epistolar compartiendo visiones ante la devastación que sufre nuestro país recurriendo a la reflexión que usted menciona sin pretender descubrir VERDADES.

Estamos de acuerdo en que nada se puede esperar de la partidocracia. Como dicen ustedes los zapatistas, “todos los políticos son iguales” pues la izquierda institucional ha dejado de ser izquierda.

2. Coincido también en lo injustificable que es culpar a las víctimas, práctica común del gobierno, y saludo el respeto que usted ha mostrado por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que dirige Javier Sicilia, en su última carta. Comparto el respeto con una recomendación adicional: continuar, sí, pero sin someterse al juego del Estado.

3. Preocupados también por la gravedad de la situación actual, nos reunimos hace poco Pablo González Casanova, Víctor Flores Olea y yo, y finalmente logramos bosquejar lo que consideramos algunas bases necesarias para un “pacto nacional” por un Movimiento de movimientos, con el fin de hacer realidad la democracia directa, la que se ejerce en las comunidades indígenas y campesinas zapatistas, desde abajo: la que mejor puede ser considerada realmente una democracia. Me permito adelantar algunos puntos:

a. Democracia directa más allá de los partidos políticos.
b. Reconocimiento y apoyo a los derechos de los pueblos indios y sus autonomías.
c. Defender la soberanía nacional, las garantías individuales, los derechos sociales y comunitarios.
d. Impulsar la educación nacional, la salud pública y la seguridad social.
e. Reestructurar la deuda externa y la política fiscal así como recuperar el patrimonio nacional para impulsar un nuevo proyecto de desarrollo auto-sustentable.

Todo ello rescatando la idea de un México que iguale con su vida el pensamiento.

Con variantes a precisar, este proyecto es una invitación a colectivos, localidades, entidades y sectores —que buscan nuevas alternativas para la libertad, la justicia y la democracia— a conformar un programa mínimo que no se quede en palabras y que aliente a otros países de nuestra América.

4. Esta propuesta surge teniendo en cuenta el acuerdo, manifestado ya, de que la alternativa a la dominación existente no puede ser una revolución en el sentido tradicional, sino una organización como la que propone la Otra Campaña.

5. Nos aventuramos a decir que el “pacto” arriba mencionado podría fortalecerse con el acercamiento de dos movimientos libertarios: el Zapatista y el de Javier Sicilia.

Con los mejores deseos

Luis Villoro

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