lunes, 2 de junio de 2014

Epistemicidio del saber teórico zapatista

No es casual que los paramilitares de la CIOAC H hayan atacado a bases de apoyo zapatistas en La Realidad. No es casual, lo han señalado algunos analistas, que haya sido ahí donde el gobierno priista de Peña Nieto dio el banderazo de salida al programa Cruzada contra el Hambre dirigido por la ex presidenta del PRD y ex jefa del gobierno perredista (además de prócer feminista e icono de la izquierda electoral progresista) Rosario Robles como programa de contrainsurgencia que da nuevos bríos a la labor que antes hicieran personeros del poder como Luis H. Álvarez (no es casualidad que por primera vez en este ataque paramilitar hayan participado militantes panistas, ya habían paramilitares del PRI, del PRD, el PVEM, ahora los hay del PAN) y Dante Delgado.

La voluntad gubernamental de atacar a los zapatistas es sacarlos de La Realidad, en toda la extensión de la palabra. Pero los ataques paramilitares, brazo armado de los programas de gobierno contrainsurgentes, son apenas el escalón más bajo, el trabajo sucio, de una operación quirúrgica para tratar de extirpar de la izquierda mexicana la piedra de la locura zapatista, la autonomía, y dejar solamente en pie a la izquierda funcional, que por más que forcejee y dé golpes en la mesa, refuerza el marco republicano–electoral como el único modo posible, realmente existente, legal y permitido de hacer política en México.

La contra armada en el terreno chiapaneco y la contra institucional con su dinero para comprar compañeros de viaje en el trabajo antizapatista son paralelas a una contrainsurgencia intelectual, literaria, periodística, académica, la cual tiene una misión más importante qué cumplir: evitar que el zapatismo sea un referente en la ideología, en la teoría, en la política, en la ética, en el imaginario de la izquierda mexicana.

Se trata de reducir a los zapatistas a un grupo de voluntaristas que han sido necios en mantener una resistencia utópica, anacrónica, ucrónica, sin futuro, destinada a desaparecer en un México que se moderniza y no tiene lugar para semejantes exotismos: cuando aparecieron en 1994, uno de los adjetivos favoritos para descalificarlos era “trasnochados”. Son un remanente de una noche anterior, ya superada.

La crítica al zapatismo como un movimiento que aparece y neciamente persevera en el “ya superado” discurso de la revolución ha sido constante, sea promovida desde el poder con libelos como Marcos la genial impostura y La guerra en las cañadas o simplemente alimentada por el antizapatismo ilustrado de los convencidos y los mercenarios que los acompañan. Ese discurso pasó de las filas de Nexos, Letras Libres y Etcétera a las páginas editoriales dentro del “pluralismo” de Proceso y La Jornada, y especialmente en sus caricaturistas. Unos desde el inicio (por ejemplo Aguilar Camín) recibieron al zapatismo como un demonio de un pasado que ya creían superado, en cambio otros lo comenzaron a repudiar y a sabotear cuando comprendieron que no lo podían domesticar e incluir en el rebaño electoral que les rinde pleitesía.

En una reunión donde ponentes como Enrique Dussel, Pablo González Casanova y otros debatían sobre el pensamiento crítico contemporáneo, desde el público, Bolívar Echeverría planteó una pregunta sobre la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN: ¿No nos estarán planteando la crítica a una monocultura, en el sentido que lo dice Boaventura de Sousa Santos, que reduce la política a lo republicano electoral? Nadie contestó la pregunta de Bolívar Echeverría, quizá ni él se la contestó para sí mismo antes de morir, pues se sumó a las filas del lópezobradorismo.

Pero esa pregunta que planteó, y que nadie contestó, merece seguir siendo planteada, merece respuesta, debate. Recientemente los zapatistas han dicho que la Sexta Declaración es la más zapatista de todas. Si pensamos en lo que dijo Bolívar Echeverría entonces tenemos una clave de lectura del zapatismo como política- ideología y teoría y una clave de lectura también de la contrainsurgencia que pretende descalificarlos como un mero grupo de loquitos y aventureros o voluntaristas.

Lo que pensamos aquí, intentemos decirlo de una vez para ver si lo podemos explicar mejor después, es que el movimiento zapatista, específicamente el EZLN, ha planteado con su práctica autonómica y su discurso crítico de la política mexicana (y mundial) ejercida desde arriba y criticada desde abajo y desde la izquierda una denuncia de la monocultura de la política liberal- republicana. A ella le ha opuesto una forma de entender la política (práctica, teórica e ideológica) desde abajo, con rasgos específicos como autonomía, diversidad indígena y popular, antisistémica, por ende, anticolonial y anticapitalista. Y ese discurso, ese planteamiento radical, que ha alentado a su vez la radicalización de un sector de la izquierda en México y en el mundo, es el mayor daño que le han hecho los zapatistas el sistema. Esa es la herida que el sistema político mexicano, derecha e izquierda, quiere cicatrizar y borrar; es el control de daños al cual se dedican con los diversos modos de antizapatismo, especialmente de contrainsurgencia intelectual. Así como rechazar los Acuerdos de San Andrés sobre derechos y cultura indígenas fue un acto de fe en el colonialismo (Ginés de Sepúlveda redivivo), el rechazo teórico y práctico al zapatismo actual como actor político serio es el rechazo a romper con la monocultura de la política liberal- republicana- electoral y con el monopolio de los especialistas en mandar y en reprimir a quienes no obedecen.

Detrás de ese rechazo a tomar en serio el discurso crítico zapatista, detrás del deseo de verlos como una mascarada carnavalesca que oculta oscuros móviles o al menos ingenuidad e ignorancia de pueblos indígenas que no comprenden la modernización, hay una estrategia colonial que ha sido descrita (en la medida en que esa estrategia es típica del occidente colonial – el norte- para seguir dominando y produciendo como no existentes a los colonizados –el sur-) por el pensamiento de Boaventura de Sousa Santos.

Veamos algunas de las reflexiones del pensador portugués y tratemos de pensar con ellas cómo el saber teórico- político e ideológico de los zapatistas actuales es producido como no existente:

“Por sociología de las ausencias –escribió Boaventura de Sousa Santos en Descolonizar el saber, reinventar el poder— entiendo la investigación que tiene como objetivo mostrar que lo que no existe es, de hecho, activamente producido como no existente, o sea, como una alternativa no creíble a lo que existe. Su objeto empírico es imposible desde el punto de vista de las ciencias sociales convencionales. Se trata de transformar objetos imposibles en objetos posibles, objetos ausentes en objetos presentes. La no existencia es producida siempre que una cierta entidad es descalificada y considerada invisible, no inteligible o desechable. No hay por eso una sola manera de producir ausencia, sino varias. Lo que las une es una misma racionalidad monocultural. Distingo cinco modos de producción de ausencia o no existencia: el ignorante, el retrasado, el inferior, el local o particular y el improductivo o estéril.” (pág. 22)

La decisión de los zapatistas de romper con la clase política, con toda pero específicamente con la izquierda de arriba (con la que algunos de sus detractores creen que no debió romper jamás pasara lo que pasara: traición, contrainsurgencia, paramilitares, campañas sucias, y a ese no romper con ella le llaman “responsabilidad”) es explicada siempre (cuando no se acude al libelo copiado de la contrainsurgencia de la derecha de que el zapatismo es un invento de Salinas o de otro poder oscuro), como resultado de ignorancia, atraso, localismo y provincianismo… vamos si en el sur del continente ya empiezan a construir el socialismo… lástima que ese socialismo se parezca tanto al mismo desarrollismo depredador del medio ambiente y represor de su pueblo, especialmente los indígenas, pero qué son unas cuantas represiones en el sublime arte de la geopolítica.

Alguna vez Jan de Vos, en respuesta a una pregunta al final de una conferencia, me dijo que un factor clave para que la izquierda institucional y sus masas electorales no aceptaran las propuestas zapatistas es que, en el fondo, siguen pensando que nada bueno puede venir de los indígenas. Pueden aceptar discursos críticos de casi cualquier parte del mundo, incluso de América del Sur, pero el Sur profundo y su voz en el discurso y la práctica crítica zapatistas les inspiran solamente paternalismo: “¿cómo sacar a los zapatistas de su error?” En una de sus versiones “benévolas” atribuyen el yerro a sus dirigentes: sectarios, ignorantes, simples (esas o variantes de esas palabras han usado articulistas como Guillermo Almeyra) y casi sienten lástima por sus bases, tan lindas pero en manos de semejantes líderes.

Lo que no debemos olvidar es que al tirar al niño junto con el agua sucia, la izquierda mexicana que se ha negado a leer, pensar, tomarse en serio la política- la teoría zapatista, está activamente produciendo como no existente el saber de los zapatistas. Es un rasgo típicamente colonial de la mentalidad de la intelectualidad liberal. Y la reflexión de Sousa Santos es muy atinada para repensar el fenómeno: “Los procesos de opresión y de explotación, al excluir grupos y prácticas sociales, excluyen también los conocimientos usados por esos grupos para llevar a cabo esas prácticas. A esta dimensión de la exclusión la he llamado epistemicidio.” (Epistemología del Sur, pág. 12)

Le responderíamos al difunto profe Bolívar Echeverría: sí, el pensamiento zapatista no solamente denuncia el monocultivo de la política liberal-republicana sino que manifiesta un saber propio de un sujeto subalterno: las comunidades indígenas zapatistas, su sabiduría, su manera de entender y hacer la política, de ser rebeldes… y ojo, porque no es el único saber, hay otros, en otros tantos sujetos de abajo producidos como no existentes y tratados como ignorantes por los señoritos que dictan qué es la política y qué deberíamos hacer (por quién votar) desde algún lugar entre Coyocán, la colonia Roma y la Condesa, en México.

Por ello es importante transformar el objeto imposible: el saber, la teoría zapatista, en objeto posible, transformarlo de ausente en presente. De no hacerlo, nos volvemos cómplices de la estrategia colonial y contrainsurgente de producir a los zapatistas como no existentes (ignorantes, trasnochados, locos) y quien sale perdiendo con ese epistemicidio es la izquierda que no puede leer, comprender ni discutir ese saber. Un saber que necesitamos como insumo para una estrategia y una lucha descolonizadora y anticapitalista.

Javier Hernández Alpízar.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Ken zapatista on -segunda parte-

¡La Realidad es nuestra!





















Ken zapatista on -Primera parte-

Todavía podemos escuchar sus palabras.
1. Una muerte.

La noticia nos pegó, como de por si pegan las malas noticias: con saña, con frialdad, con dolor.

No es nuestro modo la mentira, por eso no les vamos a decir que no hubo lágrimas, impotencia, coraje, rabia. Hubo, sobre todo, rabia. Mucha rabia. Entre más noticias nos llegaban, más se acumulaba la rabia. No somos de acero, no somos de piedra, y cuando leímos la investigación y la forma en que lo trataron, humillaron, asesinaron, rabia y dolor se crecieron.

Tampoco es nuestro modo el quedarnos quietos. No les vamos a decir que sólo leímos la noticia y nos llenamos de rabia y nos quedamos sentados. Somos pocos, pocas, es cierto, pero esos pocos y pocas que somos, desde nuestra pequeña geografía, teníamos que hacer algo.

Ese hacer algo es un compromiso y una obligación que tenemos, pues, como estudiantes de la Escuelita Zapatista de La Realidad, con más razón nuestra exigencia de ¡justicia! se debía de escuchar hasta donde hay oídos atentos.

2. La exigencia.

Contra los ataques de los tres niveles del mal gobierno (federal, estatal y municipal)...

Contra la financiación y entrenamiento de paramilitares, apoyado por TODOS los partidos políticos...

Contra la desinformación y las mentiras de TODOS los medios de comunicación de paga...

Nosotros, nosotras, adherentes a La Sexta y estudiantes de la Escuelita Zapatista, nos reunimos, nos escuchamos, nos organizamos para gritar en silencio que “No tomaremos venganza, ¡haremos justicia!”.

La organización que nos han enseñado los y las zapatistas se demuestra no sólo con decir "no están solos", sino con hechos, mostrando el trabajo que se ha hecho en nuestros barrios, colonias, comunidades. En una acción conjunta, colectivos y e individuos de Puebla, planeamos y llevamos a cabo un homenaje a nuestro Votán.

Ken zapatista on...

Sí, todavía podemos escuchar sus palabras.

Y sí, escuchamos y entendimos.

3. Santa María Coronango, Puebla.



4. San Pedro Cholula, Puebla.




5. Puebla.


 6. La Realidad, Chiapas.




miércoles, 12 de marzo de 2014

Escuela de dignidad.

Antes de que empezara el proceso directo y deliberado de la Escuelita Zapatista, el zapatismo del EZLN ya nos había enseñado algunas lecciones que no debemos olvidar. Una muy importante, sin la cual no se pueden entender las otras, es no temer ser impopulares: arriesgarse y arrostrar la impopularidad por defender su verdad en lugar de traicionar a los suyos, a sí mismos, para adoptar, seguir o aparentar un discurso popular (en ese enajenado sentido de lo popular que han impuesto los medios de masas). Decir la verdad no siempre te hace popular; las mentiras son más dulces para muchos oídos y, en ocasiones, decir la verdad simplemente te hace odioso para aquellos que salen descobijados.

Digamos que es esa máxima aristotélica: soy amigo de Platón pero más soy amigo de la verdad.

Otra lección es construir un camino propio, una coyuntura propia, tratar de generarla, construirla, tomar la iniciativa, en lugar de irse a donde lleva la corriente, siguiendo a las masas (decían algunos compas en broma, “para masas, fórmate en la fila de las tortillas”). No se trata de ir a donde otros ya han hecho un trabajo y tratar de “arrebatarles” sus bases. Se trata de construir donde hace falta, en donde no ha sido edificada una fortaleza.

Cada movimiento tiene su trayectoria y no es mera cuestión de dar vuelta el timón más a la izquierda o la derecha: si tu carro va para la izquierda, ¿cómo puedes subir tanta tripulación recién importada de la derecha? Pero si otro movimiento ha construido una trayectoria con sus propias fuerzas, métodos, su ideología, sus objetivos, ir a querer arrebatarle la hegemonía donde él ha construido solamente denota la falta de ética y de capacidad de trabajo para organizar algo propio. Hacer un discurso de coyuntura, para no salirse del cuadro, y esperar el momento de tomar las riendas y dominar la escena es, más que mero oportunismo, autoengaño: las fuerzas de izquierda que hacen eso terminan por convertirse en la cola del león que pretendían domesticar y bien encaminar.

Asimismo, los zapatistas nos han enseñado a no usar la violencia contra los otros movimientos, a pesar de que ellos han recibido ataques paramilitares incluso desde partidos sedicentes de izquierda como el PRD, pero, no lo dicen en broma: “no hemos disparado”. Han denunciado, han hablado fuerte e incomodado, pero no han respondido con violencia a los ataques provocadores de esa pseudoizquierda.

No basta con asumir en el discurso los principios del zapatismo, ni con enarbolar conceptos de otros movimientos o tendencias de izquierda que confluyen o simpatizan con el zapatismo actual, porque si un movimiento, desde un pequeño colectivo hasta una gran organización, no construye su propia obra, su propio camino, su propia aportación, en lugar de tratar de desplazar a otros, arrebatarles espacios, disputarles lo ya hecho, no se puede considerar zapatista, recordemos: convencer y no vencer.

Cuando convences, tejes, construyes, sumas, incrementas la fuerza de abajo, pero cuando vences, derrotas, apabullas y aplastas, además de satisfacer el propio ego y machismo, lo que logras es destejer, dividir, alejar, hacer retroceder la fuerza el movimiento social, de la banda, de aquello que deberías estar impulsando a crecer y fortalecerse.

Las veredas de la resistencia autonómica zapatista son más difíciles que el camino estrecho que dicen el budismo o el cristianismo, pero si no podemos caminar por esas veredas autonómicas, al menos debemos tratar de llevar la lucha con ética, con dignidad, con humildad: a la larga quizá eso puede derrotar al poder y cambiar las cosas, porque usar los medios del poder (la violencia, la calumnia, la intimidación) es irse convirtiendo en eso que decimos combatir. No tenemos por qué vernos como nos ve el poder, con el ojo criminalizador de Polifemo.

Recordemos cómo los poderosos no entendían en los diálogos de San Andrés qué es eso de “dignidad”. Si no entendemos y podemos vivir eso, lo demás es fraseología.

Javier Hernández Alpízar.


  )

Don Luis.

Fue uno más de los regalos de los zapatistas. Es un recuento imposible que les debemos: las personas y organizaciones que nos conocimos gracias a ellos aprendemos unos de otros y nos articulamos.

Lo conocí por primera vez en La Realidad. Literalmente. Quizás era la mejor forma de conocernos, chapoteando en el lodo, pasando frío por las noches, compartiendo vivencias de la realidad.

Sabía de él, desde luego. ¿Quién, que anduviera en esos trotes, no había leído Los grandes momentos del indigenismo en México? ¿Quién no se había preguntado, con él, cuál es el ser del indio que se manifiesta en la conciencia mexicana? Publicado en 1949, el libro fue una revelación. Cuando, 30 años después, Luis accedió a regañadientes a la redición, por la insistencia de Guillermo Bonfil, sabía que intentar corregirlo lo llevaría a escribirlo de nuevo; se conformó con advertir al lector de los errores que encontraría en él.

El libro sigue llamándonos: "Lo indio como principio oculto de mi yo que recupero en la pasión". Nos sentimos atraídos y atemorizados por el mundo indio, escribe Luis, “porque presentimos que… alberga una realidad oculta y misteriosa que no podemos alcanzar y cuya presencia nos fascina”, porque en él "permanece un sentido personal, desconocido y no realizado en la superficie que muestra ante nosotros: su capacidad de trascendencia".

Lo había intuido todo, hace 60 años. Ese mundo se reveló de pronto, espectacularmente, en 1994. Sin perder su misterio, se hizo evidente. Había llegado la hora. Y ahí estábamos, Luis y yo y muchos miles, millones de personas, deslumbrados, dejándonos acariciar por esa luz que nos revelaba quiénes éramos y nos inspiraba el camino.

No puedo separar en el recuerdo de Luis, desde aquellos primeros momentos, la persona y la risa. Había siempre, hasta en los momentos de mayor seriedad, algún síntoma de su prodigiosa vitalidad. A cada paso se sonreía con los ojos y estaba ahí, agazapada, la carcajada incontenible, en que se reía ante todo de sí mismo, pero también del mundo y con el mundo, a la menor provocación.

Nunca abandonó el proyecto de los años cuarenta, cuando el grupo filosófico Hyperión intentaba comprendernos con conceptos filosóficos propios. Arrastró casi toda su vida esa tensión entre el peso casi abrumador de lo universal, que marcaba todo su entrenamiento filosófico, y el empeño de un pensar propio, marcado por la diferencia y la autonomía.

Por esa tensión, por ese empeño, parecía mejor preparado que casi todos para sentipensar el zapatismo, para ubicarlo en un horizonte amplio, filosófico e histórico, y al mismo tiempo captar su originalidad.

Nos hicimos amigos muy pronto. Me sorprendía su infinita paciencia al lidiar con mi atrevimiento de discutir con él, de provocarlo, de hacer que filosofara conmigo, de cuestionar incluso algunas de sus más profundas convicciones. No le importaba que careciera yo de las herramientas técnicas de su oficio.

Los zapatistas multiplicaron las oportunidades de compartencia. Luis fue uno de los tres asesores que recibimos la encomienda de negociar con el coordinador de la delegación gubernamental en el momento último de la negociación en San Andrés. Todas las mesas estaban detenidas: no pasaría nada hasta que se resolvieran puntos esenciales en la nuestra. Luis estaba ahí, como una roca. Los otros dos asesores nos sentíamos cobijados por su presencia. Sus intervenciones puntuales y esclarecedoras fueron decisivas.

Aún se acuerdan de él en San José del Progreso, cuando nos acompañó en una de las primeras luchas de la nueva ola de defensa del territorio que surgió en Oaxaca. Con él y para él, al lado de Fernanda Navarro, su infaltable y lúcida compañera, fundamos un Centro de Estudios Interculturales en la Universidad de la Tierra en Oaxaca, que hizo nacer pegadito a la realidad. Repetíamos la aventura en que Luis nos hizo repensar la idea de nación en la Sociedad Mexicana de Planificación…

Se me hizo cuesta arriba ir a visitarlo en los últimos años. No perdía su prodigioso apetito, una expresión más de su ímpetu vital. De vez en cuando retornaba la carcajada. Se irritaba con sus limitaciones físicas y aún más con las malas pasadas que le jugaba su cerebro lastimado. Pero no lograba escapar de la tristeza, de una especie de depresión que mis historias no aliviaban. Le dolía el país. Profundamente. Sentía en carne propia cómo caía a pedazos. Veía el horror que padecemos con su mirada penetrante. Lo sufría personalmente.

Dijo Marx: los filósofos se han ocupado de interpretar el mundo cuando de lo que se trata es de transformarlo. Algunos, como Luis, escucharon tempranamente ese llamado y pusieron todas sus capacidades filosóficas al servicio de la transformación.

Gustavo Esteva.

lunes, 3 de marzo de 2014

La izquierda y el 1 de enero de 1994

1) La irrupción violenta del EZLN en la escena política nacional, el primero de enero de 1994, abrió una crisis sin precedente en el sistema política mexicano. Esta crisis no se expresó únicamente en el PRI sino en todo el sistema de partidos y también en las organizaciones de izquierda que, o bien habían participado activamente en ese sistema o, repudiándolo verbalmente, habían conducido a una buena parte de los movimientos sociales a ser simplemente clientes respondones del Estado.

La población veía azorada un espectáculo terrible. La política era entendida como un bazar de oportunidades, unos desde la institucionalidad parlamentaria y otros desde la institucionalidad de la gestión.

Evidentemente la izquierda y la derecha tenían diferencias sobre los objetivos, pero ante los ojos de los ciudadanos esas diferencias eran, casi imperceptibles ante la similitud en las formas de hacer política, hasta llegar al punto en el cual esas viejas diferencias son sólo una anécdota, o como diría José Emilio Pacheco: “comidilla del polvo en cualquier sótano”. Cuando alguien comienza a actuar como su contrario, comienza a ser su clon.

La caída del muro de Berlín y el triunfo coyuntural del neoliberalismo y el posmodernismo, permitieron que ese proceso se agudizara. La diferencia entre las democracias representativas y el socialismo real eran muy escasas, en todo caso en las primeras se podía oír y bailar rock, tomar droga, participar masivamente en lo que antes era privilegio de la burocracia: la pornografía. Es decir la alternativa era entre el hedonismo individual entre el aburrimiento y la frustración colectiva.

La izquierda sufrió entonces un golpe suplementario: más allá de su voluntad y de la realidad, ante millones de seres humanos el fracaso del "socialismo" real se entendió como el de la construcción de una sociedad alternativa al capitalismo, es decir como un fracaso de la práctica de los socialistas.

2) El primero de enero estalló lo que correctamente se denominó la primera revolución del siglo XXI. Por lo demás no deja de ser revelador que haya sido precisamente en México el país donde estalló la primera revolución social del corto siglo XX.

Efectivamente, la insurrección chiapaneca fue la primera que se da después de la caída del muro de Berlín, del fin del llamado mundo bipolar.

Una insurrección hecha en el país que estaba predestinado por las agencias financieras internacionales a ser el modelo ideal para todo el mundo subdesarrollado, que se disponía fastuosamente a entrar, por la puerta grande, al primer mundo; que poseía en términos financieros el mercado de valores emergente más poderoso y que era paraíso de la inversión.

Y, frente a todo eso, o quizá por todo eso, la insurrección tuvo un éxito que inmediatamente rebasó las fronteras nacionales. Mientras que el mundo se desgarraba y se desgarra, con guerras fratricidas, producto de la mano sucia de la sociedad del poder. En México, desde la selva Lacandona, el norte y los altos de Chiapas, un grito de esperanza y fe se expresó con toda su fuerza y vigor. El EZLN aparte de interpelar a toda la nación hizo una interpelación especial hacia la izquierda mexicana, le recordó que, más allá de muchas vicisitudes, era fundamental reconstruir una voluntad de lucha contra la explotación, el despojo, el desprecio y la represión. Lanzó un programa que expresa no una serie de peticiones, consignas o reivindicaciones sino de valores humanos universales, sin los cuales la vida no es vida, sin los cuales no puede haber dignidad.

Al ubicarse al margen del sistema político nacional, deslegitimó la manera de hacer política, rompió con los modos teóricos y prácticos que conlleva la tradicional manera de concebir la misma. A partir de las huellas dejadas por el EZLN era fundamental reconstruir el pensamiento, el programa, la organización y la práctica de la izquierda mexicana.

3) El Poder y su teoría. Ubicar lo fundamental del discurso zapatista y adaptarlo a la práctica ciudadana requiere inevitablemente una reformulación de estos dos aspectos. La insistencia del EZLN de que no quiere tomar el poder como organización representa no solamente una ruptura con el concepto clásico de las organizaciones político-militares sino fundamentalmente una crítica bastante radical al concepto de vanguardia.

La idea de que el poder es una relación social y no simplemente el asalto al Palacio de Gobierno, lo mismo que la crítica a la idea de que las transformaciones sociales radicales, que significan una transformación también radical de la forma de vida de la población, se dan solamente hasta después de la toma del poder, tienen una importancia evidente.

El EZLN ha reformulado el planteamiento de que el poder no lo debe tomar tal o cual vanguardia sino la sociedad, en especial los de abajo. Si es verdad que el poder es una relación social, debemos entenderlo en toda su dimensión. No reduciéndolo a aquel que se ejerce en los mecanismos más aparentes del Estado, sino también en aquellos que estructuran una relación de dominación que se teje en las células más elementales de la sociedad, para dejarla prisionera de todo un entramado económico, político, ideológico, cultural, etc. Evidentemente, la eliminación de ese tipo de dominación no se resuelve echando del poder a un grupo para poner otro en su lugar; ni siquiera sustituyendo la lógica y el destino de la producción; mucho menos ganando una elección.

Es fundamental la construcción de un no-poder desde abajo que, al irse construyendo y constituyendo, va generando una lógica de contrapoder; donde las relaciones de dominio desaparecen, estructurándolo también desde las células más elementales de la sociedad. Por eso, el Subcomandante Insurgente Moisés dice, refiriéndose a los pueblos zapatistas: “Tratan con democracia todos los temas de la vida, sienten de la democracia que es de ellas y ellos, porque ellos y ellas discuten, estudian, proponen, analizan y deciden al final sobre los temas”. (ELLOS Y NOSOTROS. Para: las y los adherentes a la Sexta en todo el mundo. Subcomandante Insurgente Moisés).

Es decir, la democracia deja de ser procidimental, llena de de normas y reglamentos. Se convierte en una forma de vida, en el oxigeno, en el aire que se respira día con día, o para decirlo con palabras del poeta Gabriel Celaya:

No es un bello producto. No es un fruto perfecto. 
Es algo como el aire que todos respiramos 
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos. 

Son palabras que todos repetimos sintiendo 
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. 
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. 
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos. 

La izquierda mexicana requiere entonces reformular su teoría y su práctica. El carácter vanguardista y hegemonista ha sido una tradición. Desde la participación electoral hasta las luchas sociales han estado preñadas de un desprecio infinito a los mecanismos de democracia directa. En última instancia se ha procedido con los mismos criterios fundacionales de la democracia representativa: se actúa por delegación de poder. Los sectores sociales que se dirigen o los ciudadanos que se influyen en el terreno electoral no tienen voz y capacidad de decisión. Una vanguardia tiene en su poder la voluntad de la población y actúa en su nombre.

Hace unos días Andrés Manuel López Obrador dijo que en el 2018 tenían una cita con la historia. Esto no deja de ser ejemplificador del pensamiento de arriba. Quien busca hacer historia casi nunca lo logra, a lo más que puede aspirar es a que Enrique Krauze le haga un fascículo de editorial y Tv Clio. La historia, la verdadera, se hace de acciones pequeñas, anónimas, invisibles. La hacen los peatones de la historia, los sin papeles, los indocumentados de la política. Los que no tienen cita con la historia sino que crean su propia geografía y su propio calendario. A los que no les enseñaron únicamente la tabla del seis (2006, 2012, 2018, 2024…et al)

En un video italiano, el Subcomandante Marcos dijo que a la estructura antidemocrática de la organización político-militar ellos tuvieron que ponerle una cabeza democrática, al decidir que la Comandancia General fuera indígena y que estuviera basada y estructurada en función de las comunidades indígenas. La izquierda mexicana, y yo creo que la mundial también, requiere de un acto político similar. A la estructura cerrada de Comités Centrales y Comités Políticos o de camarilla de caudillos, o de “lideres” sociales que gobiernan en su comarca, o en su sector y se alían a otros, para conformar una fuerza social, se le debería poner una cabeza social.

La izquierda mexicana, víctima de la subcultura priísta lo que ha creado en cambio ha sido una especie de corporativismo de izquierda, generando los mismo odios y rencores que en otros países se expresaron contra los partidos comunistas en el poder, Nada más agraviante para el valor humano que saberse manipulado por un individuo o por un partido. Al mismo tiempo que se han creado aspectos insultantes de separación social.

Romper con ese tipo de trabajo requiere reorientar el fondo y los mecanismos de trabajo político. Nadie niega que es mucho más fácil convencer a una comunidad ofreciendo que el Estado (ya sea ahora u en un futuro luminoso) le va a resolver sus problemas, con una visión asistencialista de la peor calaña, en lugar de promover un concepto de lucha integral, democrática, no solamente en su objetivo final sino en su práctica cotidiana, en su acontecer diario.

Si todo esto es verdad, el fenómeno EZLN es algo nuevo, a pesar de sus impresionantes lazos con lo tradicional. El Subcomandante Insurgente Marcos dijo, hace unos años, que la concepción con la que llegaron a la selva sufrió una serie de abolladuras y que de allí surgió algo nuevo, que por llamarlo de alguna manera, le pondría neozapatismo. De la confrontación de la teoría marxista leninista con la realidad indígena chiapaneca surgió el Neozapatismo.

Con esto queremos señalar que el Neozapatismo no representa una simple continuidad de la izquierda revolucionaria mexicana sino sobre todo su ruptura. Es un punto de inflexión. Es la manifestación de su crisis e incapacidad.

4.- Conclusión:

Partamos de algunas consideraciones necesarias. Ya antes del primero de enero, pero mucho más después, hemos estado viviendo una crisis de lo que se conoce como política. Desde hace tiempo se ha venido discutiendo sobre la incompatibilidad entre la política y la ética, lo cual facilita la sobredeterminación de los medios con tal de conseguir los fines o ahora, desembarazándose de esos molestos fines.

Parecería que independientemente de posiciones teóricas y estratégicas la práctica política de la llamada izquierda institucional está llena de mentira y falsedad. Esta interpretación ha sido muy socorrida por el postmodernismo y está llevando a un cinismo sin precedente. La evolución del Estado y su capacidad para integrar a las oposiciones, por medio de una serie de sutiles mediaciones, ha traído como consecuencia una desafección a la política, entendida como participación partidaria; desde luego a este proceso hay que agregarle las terribles dificultades que tienen la vida interna de los partidos, que les permite convertirse, más o menos rápidamente, en zonas hostiles para el desarrollo individual y colectivo.

En Junio de 1993, hace ya 21 años escribí lo siguiente, lo recuerdo para que ustedes calibren el grado de desmoralización que vivíamos: "Entre nosotros, los dioses comienzan a sustituir a los artesanos. El alcohol, las drogas, las telenovelas, el fútbol, o la ansiedad por terminar profesiones o por tener nuevas, las revistas estúpidas, etc, juegan a fondo en una especie de reconversión personal. Los libros ocupan el último rincón de nuestra casa y no se renuevan... Y por si esto fuera poco, nos toco vivir los tiempos del SIDA y con él, el renacimiento de una moral sexual profundamente reaccionaria, nos tocó militar en los tiempos del cólera y eso es muy desmoralizante”.

Sin embargo, en México, un año después, la insurrección del primero de enero le dio un nuevo sentido a nuestra vida. Y ese es el aspecto más importante, creo yo.

Así, ahora, nuestra labor buscaría desarrollar un movimiento, capaz de ofrecer abrigo y buenas condiciones de trabajo a seres humanos de muchos géneros distintos. Un movimiento concebido para generar procesos constituyentes, donde la política va cediendo su lugar a lo social, a la comunidad, con el objetivo de construir la nueva nación, la de los trabajadores del campo y la ciudad.

Una izquierda nueva, capaz de ayudar a vertebrar una sociedad cada vez más descoyuntada por el capitalismo de principios de siglo. Un movimiento de abajo y a la izquierda como un arrecife de coral (como dijo Jorge Riecmann, poeta, ecólogo y filósosfo), construido por acumulación creciente, en forma de red de colectivos y organizaciones, promotor de la diversidad en la que la dimensión pedagógica y la dimensión ética esté anclada en los condenado de la tierra.

Si se quiere explicar de manera sintética lo que buscamos diríamos: lo que nos hace falta es socializar de tal manera la política que la haga innecesaria e inútil. Pero esa ya será la tarea de los jóvenes que han iniciado su relación con el zapatismo yendo al corazón del EZLN, es decir, a sus pueblos y comunidades.

Ciudad de México a 14 de febrero del 2014.

Sergio Rodríguez Lascano 
-Intervención en el espacio Comandanta Ramona-

miércoles, 29 de enero de 2014

Discurso de Sergio Rodríguez Lascano a nombre del Movimiento Insumis@ Zapatista en el acto del SME

Buenas tardes-noches compañeras, compañeros, compañeroas.

(Hoy nos informaron que murió el compa Kuy Kendal. Los responsables directos de ese crimen son: Enrique Peña Nieto, Manuel Modragón y Kalb, Miguel Ángel Osorio Chong y Marcelo Ebrard y son ellos los que tienen que responder. Dedicamos este mensaje que leeremos a continuación a la vida de lucha del compa Kuy Kendal).

En noviembre de 1999, el Subcomandante Insurgente Marcos dio una conferencia en La Realidad, Chiapas, con el nombre ¿Cuáles son las características fundamentales de la IV Guerra Mundial?, en ella realizaba una descripción apretada, pero muy exacta, pensamos nosotros, del llamado neoliberalismo.

Ahí, entre otras cosas, se decía lo siguiente:

“Aquí surge un problema. El producto de la anterior guerra debía ser un mundo unipolar -una sola nación que domina a un mundo donde no hay rivales- pero resulta que, para hacerse efectivo, este mundo unipolar tiene que llegar a lo que se conoce como “globalización”. Hay que concebir al mundo como un gran territorio conquistado con un enemigo destruido. Es necesario administrar este nuevo mundo y por lo tanto globalizarlo.

“La concepción teórica que da fundamento a la globalización es lo que nosotros llamamos “neoliberalismo”, una nueva religión que va a permitir que el proceso se lleve a cabo. Con esta Cuarta Guerra Mundial, otra vez, se conquistan territorios, se destruyen enemigos y se administra la conquista de estos territorios.

“El problema es qué territorios se conquistan y reorganizan y quién es el enemigo. Puesto que el enemigo anterior ha desaparecido, nosotros decimos que ahora el enemigo es la humanidad. La Cuarta Guerra Mundial está destruyendo a la humanidad en la medida en que la globalización es una universalización del mercado, y todo lo humano que se oponga a la lógica del mercado es un enemigo y debe ser destruido. En este sentido todos somos el enemigo a vencer: …

“Esta Cuarta Guerra Mundial usa lo que nosotros llamamos “destrucción”. Se destruyen los territorios y se despueblan. A la hora que se hace la guerra, se tiene que destruir el territorio, convertirlo en desierto. No por afán destructivo, sino para reconstruir y reordenar. ¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta este mundo unipolar para globalizarse? Los Estados nacionales, las resistencias, las culturas, las formas de relación de cada nación, lo que las hace diferentes. ¿Cómo es posible que la aldea sea global y que todo el mundo sea igual si hay tantas diferencias? Cuando decimos que es necesario destruir los Estados nacionales y desertificarlos no quiere decir acabar con la gente, sino con las formas de ser de la gente. Después de destruir hay que reconstruir. Reconstruir los territorios y darles otro lugar. El lugar que determinen las leyes del mercado; he aquí lo que está marcando la globalización.

“El primer obstáculo son los Estados nacionales: hay que atacarlos y destruirlos. Hay que destruir todo lo que hace que un Estado sea “nacional”: la lengua, la cultura, la economía, su quehacer político y su tejido social”. (Hasta aquí el texto del Subcomandante Marcos)

Después de la ley que modificó el artículo 27 y 28 de la constitución para dar paso a la privatización de PEMEX, algunos hablaron de cambios epocales, sin embargo esos cambios se han producido en el mundo desde 1980 y en México, desde 1982.

Esos cambios tienen por lo menos dos vertientes; arrasar con lo que a lo largo de tres siglos representaron conquistas de los trabajadores del campo y la ciudad, que se lograron dentro del capitalismo mismo y, reorganizar el dominio del capital, no solamente para reorganizar el proceso productivo sino para llevar a cabo una reorganización-desorganización de la vida (la economía, la política, las organizaciones gremiales, los partidos políticos, etc).

Ya en 1992 con la reforma agraria salinista al poner en el mercado a la tierra, no sólo se dejó a cerca de 25 millones de campesinos sin posibilidad de acceder a la tierra y garantizó la transformación del sistema productivo, o lo que llamamos la economía moral del campesino mexicano sino que sentó las bases para lo que hoy es la privatización del suelo y el subsuelo de todo el territorio de lo que alguna vez fue México.

Hoy, muchos de los que gritan “traición a la patria” son los mismos que cantaron las glorias de la destrucción del ejido y los bienes comunales. Digo si queremos que la memoria no pierda la batalla frente al olvido siempre es conveniente tener presente esos hechos.

Entonces, desde los años 80, en México se ha llevado a cabo una transformación global en contra de todo lo que signifique organización social.

No se ha tratado únicamente de golpear a los más pobres sino igualar hacia abajo a todos los trabajadores del campo y la ciudad. Cuando desde el poder se agrede a los electricistas, maestros, pilotos y azafatas, productores de aguacate o limones, metalúrgicos, etc. Es que se está dispuesto a todo, hasta quedarse sin ninguna base social, con tal de lograr esa destrucción-despoblamiento; reconstrucción-reordenamiento.

Pero se equivocan los que piensan que esta política de arrasamiento ha sido llevada a cabo por un puñado de políticos.

El viejo estadista es hoy también pieza de museo. Al interior de la clase política se ha dado una dinámica de darwinismo social al revés, el más tonto sobrevive y aparenta estar en el poder. Pero no es posible equivocarse. Toda esa política de transformación radical en México y el mundo no se hace en los despachos de los secretarios de estado, se diseñan en otro lado, en las sociedades del poder, en los centros neurálgicos del gran capital.

Desde ahí emanan las órdenes para que los diferentes integrantes de la clase política jueguen a debatir, o a hacer como que algunos están muy indignado. Para que, por medio de los medios, se genere la sociedad del espectáculo. La política como parte del entretenimiento.

Y, mientras, al mismo tiempo, se aprueban leyes que buscan criminalizar cualquier tipo de expresión de descontento.

Por eso no deja de ser una mala broma eso de que en la Ciudad de México se vive una anomalía ya que existe un gobierno de izquierda en medio de un Estado de derecha. Un gobierno, como el del señor Mancera, que sube el boleto del metro en un 66 por ciento, que pasa leyes contra la protesta social; que crea auténticos cercos policiacos para, limitar hasta la extinción, el derecho de manifestación, es totalmente funcional al régimen priísta, porque ambos sirven al mismo amo.

La única anomalía real, a ojos del que domina, es que existamos seres humanos que decimos NO.

En medio de ese panorama es que nosotros decimos no hay nada que hacer allá arriba. No se trata de una obsesión mal sana en contra de la clase política sino de algo, un poco, más de fondo. Ahí ya no está el poder.

Digo con lo que pasa en Michoacán ¿Alguien todavía puede todavía pensar que existe el Estado?

Como nunca el Estado puede ser caracterizado como “una banda de hombres armados al servicio del capital”.

Desde luego que sabemos que existe corrupción de la clase política pero nosotros no quitamos el dedo del renglón esa corrupción es totalmente eficaz a la forma de organización del capital. Para ponerlo en una nuez: lo que se va a robar Beltrones o Peña Nieto con la reforma energética es una broma a comparación de las ganancias que va a obtener la Shell o la Britsh Petroleum. Por eso nuestra lucha es contra el capitalismo y no simplemente por cambiar una forma de gobierno.

¿Por dónde empezar?

En medio de ese panorama alguien podría sacar la conclusión que no hay nada que hacer, que ya fuimos derrotados. Pero no hay que olvidar, que en uno de los tantos rincones que forman nuestra nación, sí la nuestra, la única que reconocemos, la de la gente de abajo, unos pueblos han levantado una forma muy otra de vida.

Frente a la muerte que se enseñorea por todo el país, frente a la destrucción que ha hecho que cerca de 10 millones de mexicanos emigren hacia los Estados Unidos, frente a la destrucción de una buena parte de las conquistas de los trabajadores del campo y la ciudad, etc. Ahí, en los pueblos zapatistas, se construye la vida, nuevas relaciones sociales donde no domina el capital, donde no existe una clase política que medre robándose el dinero de la gente. La idea de que otra vida es posible no es un slogan moral, una consigna para la galería sino algo real que se está construyendo todos los días por medio de la triada zapatista: luchar-resistir-organizar.

Estoy consciente que a todos nos puede parecer un poco remoto lograr una autonomía con esas características. Pero no es posible seguir pensando en lo gigantesco de la tarea.

Toda tarea grande tiene como inicio pequeñas tareas. Qué buscamos. Cambiar el mundo. Cómo lo vamos a lograr ayudando a generar nuevas relaciones sociales, creando comunidad. Dónde iniciar, ahí donde vivimos, trabajamos o estudiamos. Ahí en las calles, nuestro hábitat.

De hecho en muchos lados eso ya comenzó. Algunos ejemplos. En la lucha infatigable de los compas de la UVYD y UNIOS, que no sólo se dedicaron a reconstruir vivienda después del sismo de 1985 sino a generar espacios de cultura y organización popular. Lo que los compañeros del Frente Popular Francisco Villa Independiente (UNOPII) han logrado en la generación de un espacio de poder popular como lo que han hecho en la Polvorilla. Como la impresionante lucha de nuestros queridos compañeros braceros que se han rehusado a aceptar las limosnas que el gobierno les ha querido entregar a cambio de su trabajo. Como la lucha que nuestros compañeros del Partido de los Comunistas han realizado con las viudas de Pasta de Conchos, que poniendo la dignidad por enfrente, no han aceptado tasar los cuerpos de sus esposos y ellas siguen empecinadas con el clamor justicia. Como la incansable lucha del Colectivo de Maestros con Sexta que llevan años por evidenciar que sí es posible construir un otro sindicalismo, o como nuestros compañeros de Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez que no sólo han desnudado la hipocresía del poder sino que han generado nuevas relaciones sociales en su lucha por impedir la explotación de las trabajadoras sexuales. Y, también, en el caso de los compas anarquistas que hacen de su insubordinación forma de vida y hoy son atacados por las buenas conciencias, tanto de derecha como de izquierda. Y todo esto sólo para poner algunos ejemplos.

Nosotros queremos decirles a ustedes y a todos los colectivos de la Sexta, lo mismo que a todos los que luchan en este país contra el sistema de dominación capitalista, que desde este momento que marca la fundación del Movimiento Insumis@ Zapatista: estaremos con ustedes, que aprenderemos de ustedes, que seremos sus compañeros y que juntos construiremos otro México, otro mundo, donde no haya más arriba y abajo; donde no haya explotación que permite que unos pocos ganen todo sin el sudor de su frente y el 99 por ciento vive en condiciones de miseria. Donde no haya despojo y se restituya a los pueblos el control de su tierra y de su territorio. Donde no haya desprecio y discriminación por el color de su piel o en contra de las mujeres o de nadie por sus preferencias sexuales. Donde no haya represión y las armas estén donde les corresponde, encerradas en las bóvedas más profundas.

Sabemos que lo vamos a lograr porque nosotros también venimos del color de la tierra, porque como nunca es necesario recordar ese pensamiento que le otorga destino a nuestra geografía: que abajo del cemento está la tierra. Abajo del cemento está la raíz. De esa raíz somos y a esa raíz nos debemos. Somos como el árbol que rompe el cemento y se ramifica hacia abajo, con la ilusión de algún día tocar la raíz del árbol de la selva lacandona

Viva el EZLN

Vivan los pueblos zapatistas

Vivan los colectivos y organizaciones de la Sexta

Vivan todas las luchas del pueblo mexicano en contra del poder.

Ciudad de México a 25 de enero del 2014.

miércoles, 15 de enero de 2014

Resistir el horror/hilvanar trabajos colectivos y otro gobierno

Hemos llegado a un punto en que no podemos ir más allá (…) llegó la hora de arriesgarse otra vez (…) unidos con otros sectores sociales que tienen las mismas carencias que nosotros, será posible conseguir lo que necesitamos y merecemos. Un nuevo paso adelante en la lucha indígena sólo es posible si el indígena se junta con obreros, campesinos, estudiantes, maestros, empleados…o sea los trabajadores del campo y la ciudad. 

Sexta Declaración de la Selva Lacandona, CCRI-CG-EZLN, 2005. 

Veinte años han pasado desde que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) le declarará la guerra al gobierno federal mexicano en aquella madrugada del primero de enero de 1994. Pero la historia del EZLN no comienza ahí, ni tampoco termina con el cese al fuego doce días después, es parte de una trama larga de resistencia de los pueblos ante el poder y la dominación, de la que es necesario aprender para anudarla a todos los territorios posibles y así defender la reproducción de la vida con dignidad, hoy amenazada por un puñado de grupos económicos y toda la clase política a nivel local y global.

Esa labor de la paciencia rebelde que no espera, que anuda pueblos, organizaciones, colectivos, individuos, cada que le es posible, ha sido una de las prioridades del EZLN desde la Declaración de Guerra en 1994, cuando llaman al pueblo de México a sumarse a las filas de las rebelión, hasta la Sexta Declaración de la Selva Lacandona en 2005, donde se invita a luchar cada quién en su territorio, con formas propias, en contra del horror capitalista patriarcal en sus múltiples rostros de explotación, despojo, desprecio y represión y conformar un Plan Nacional de Lucha, ahora Mundial, pero desde una lógica donde realmente el pueblo manda, y los responsables que comisiona colectivamente para gobernar obedezcan.

En estos ocho años, una pregunta ha recorrido las discusiones políticas, foros, encuentros, así como las acciones políticas cotidianas de quienes hacemos parte de la Sexta, casi siempre echa en tono cabizbajo: ¿Es posible este puente entre la lucha zapatista y nosotr@s, trabajador@s del campo y la ciudad en todo el mundo? ¿En qué aspectos y cómo hacerle? Las líneas que siguen refieren brevísimamente a dos aspectos generales que me parecen sumamente importantes de trabajar y consolidar en nuestros respectivos territorios y que a mi modo de ver sintetizan estos 10 años de la fundación de los caracoles zapatistas, 20 años de resistencia y 30 años del nacimiento del EZLN, y que son nudos imprescindibles en la construcción de este puente entre l@s zapatistas y nosotr@s que ahora se llama La Sexta.

Resistir el Horror 

Identificar y poner nombre a nuestros problemas no es fácil; tampoco lo es ponerle nombre a aquello que los ocasiona realmente, al enemigo; ni mucho menos combatirlo, resistirlo en todos sus niveles, ideológica, política y económicamente. ¡Eso han construido los compas zapatistas!

Hacer visible su dolor, pero no el dolor individual solamente sino el dolor como pueblos; hacer visible la constante explotación a la que eran y son sometidos –la lucha continúa- por parte de los finqueros, de los mestizos, de los indígenas de arriba; hacer visible el despojo de la tierra donde producen y reproducen su vida en aras de la construcción de complejos turísticos, o para extraer metales y minerales, o simplemente acaparar; hacer visible el desprecio por ser indígenas, por no hablar español, por no creer en un Dios blanco ni necesitar ser educados para ganar dinero; hacer visible que cuando decían y dicen NO! son asesinados, encarcelados, perseguidos.

Pero no sólo lo han visibilizado sino que lo han resistido, se organizaron y se organizan –la lucha continúa- para combatir no solo al finquero, a los distintos niveles de gobierno, a las empresas trasnacionales, a los paramilitares, sino a los modos de pensar, de sentir, de hacer de todos ellos, a su lógica de acumulación de ganancia y poder. Y lo hicieron al paso que construían otros modos de pensar, de sentir, de hacer propios, recuperando la dignidad de decidir el rumbo de la vida de sus familias y de sus pueblos.

Aceptar que existe el mismo horror en nuestros territorios urbanos, aceptar que tenemos también dolores, visibilizar a los enemigos, sus modos de pensar, de sentir, de hacer, quizá sea uno de los hilos que tengamos que seguir tejiendo para anudar la lucha zapatista y la nuestra, hacer el nudo más fuerte. Sin embargo, aceptar la existencia del horror en los nichos de sobrevivencia y/o comodidad aparente en los que vivimos no es fácil, duele cuando parimos la resistencia, duele porque la vida tiene que cambiar. Los No! ante el horror sólo se reafirman ejerciéndolos: no a comer veneno; no a educarnos para sostener el control de los de arriba; no al despojo de nuestra casa por declaratorias de “patrimonio cultural de la humanidad”; no a que la justicia sea una mercancía; no a ver con deseo la vida del enemigo que controla la ciudad desde los fraccionamientos privados y cuyas formas de pensar, sentir y hacer permean las nuestras; no al horror! Reconocer su existencia para encontrar la mejor manera de resistirlo, de organizarse colectivamente desde las formas aún comunes que se encuentran en las colonias, barrios, fraccionamientos, es no solo un deseo sino una necesidad para vivir.

Hilvanar Trabajos colectivos y Otro Gobierno

En estas dos décadas, la resistencia al horror de los zapatistas ha dado pie a hilvanar un proyecto de sociedad diferente, en el cual el sustento material, como es la alimentación y la vivienda, permitido en gran parte por la recuperación de las tierras producto del levantamiento armado, así como la construcción de un gobierno propio, han sido dos pilares muy importantes, ambos formando una misma trenza que es la autonomía.

En el Otro Gobierno –diametralmente distinto al de arriba- la unidad básica de organización es la comunidad, compuesta por varias familias, las cuales tienen trabajos propios al tiempo que colaboran en los trabajos colectivos para financiar su educación, su salud, su justicia, y a quienes se comisiona como responsables para hacer reales las demandas por las que se levantaron en armas en 1994. Entre toda la comunidad se elige quién hará los trabajos, quién los coordinará y quién los representará en el siguiente nivel de organización que es el municipal, donde también hay colectivos de trabajo para su mantenimiento. En éste nivel las responsabilidades son mayores pues muchas son las comunidades que hay que controlar, y mayor responsabilidad aún en el nivel más alto que es el regional o la Junta de Buen Gobierno del Caracol, que agrupa varios Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas. Dicha estructura, con sus funciones propias, es sostenida por el trabajo familiar y colectivo cotidiano y éste a su vez por la estructura del Otro Gobierno, formando ese caracol que no distingue inicio y final, el caracol de la autonomía zapatista en resistencia.

En nuestros territorios urbanos quizá sea bueno voltear a mirar esa trenza entre trabajos colectivos y el sostenimiento de un gobierno propio en resistencia, mirar que uno sin el otro difícilmente puede moldear otro mundo posible. Hacer frente al horror con la construcción de nuestra propia forma de sanarnos, de educarnos, de alimentarnos, financiadas por nuestros propios trabajos colectivos, desde lo que sabemos, nos gusta y se necesita hacer, pero en abierta oposición al horror. Es algo que hay que comenzar a discutir, a hacer.

Hace veinte años el Votán Zapata, guardián y corazón del pueblo tomó el rostro de miles de indígenas que construyeron en resistencia Otro Gobierno y una serie de trabajos colectivos para sostenerlo. Hoy, treinta años después, Votán Zapata es la palabra y la acción que a través de nuestr@s maestr@s va caminando rumbo al corazón de nuestros territorios, cientos de ciudades y pueblos alrededor del mundo, esperando-haciendo la flor y construir los puentes aún inconclusos.

Rene Olvera.
Adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN; Integrante del colectivo Zapateándole al Mal Gobierno y de la editorial En cortito que´s pa´largo en la ciudad de Querétaro; Profesor de la FCPyS de la Universidad Autónoma de Querétaro; Doctorante en Ciencias Sociales por la UAM-X; Maestro en Estudios Latinoamericanos por la UASB, sede Ecuador; e Historiador. [Contacto: rene.olvera@live.com.mx]

sábado, 11 de enero de 2014

Los secretos de las fuerzas armadas militares

“Oye tipejo, no necesito participar en estos juegos estúpidos. Sé lo que tratáis de hacer”. Y el mayor Matthew Robert Bockholt colgó el teléfono.

Más de un mes antes, yo había llamado al Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. (SOCOM) con una serie de preguntas básicas: ¿En cuántos países había Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. desplegadas en 2013? ¿Van a expandir la cantidad de personal a 72.000 en 2014? ¿Sigue apuntando SOCOM a tasas de crecimiento de 3 a 5% por año? ¿Cuántos ejercicios de entrenamiento realizó el comando en 2013? Cosas básicas.

Y durante más de un mes, esperé recibir respuestas. Llamé por teléfono. Dejé mensajes. Envié correos electrónicos. Esperé un poco más. Comencé a sentir que el Comando de Operaciones Especiales no quería que supiera lo que estaban haciendo sus Boinas Verdes y Rangers, SEALs de la Armada, y comandos de la Fuerza Delta – los hombres que operan en los más ardientes de los puntos candentes y en los sitios más remotos de todo el mundo.

Entonces, a último momento, justo antes de que venciera el plazo para entregar el artículo, recibí una respuesta tan incongruente, confusa y contradictoria del Comando de Operaciones Especiales que me alegré de haber claudicado en la espera y tratado de arreglármelas solo.

Fuerzas de operaciones especiales de E.U., en todo el mundo

Comencé con un mapa vacío que rápidamente se convirtió en un alfilerero global. No tardó mucho antes de que cada continente, con la excepción de la Antártica, estuviera repleto de marcadores indicando misiones, despliegues, e interacciones con fuerzas militare extranjeras en 2012-2013. Con eso, el verdadero tamaño y alcance de las fuerzas armadas secretas de los militares de EE.UU. comenzaron a reflejarse. Fue, por no decir algo peor, vasto.

Un estudio de información de fuentes abiertas revela que en 2012 y 2013, fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. estuvieron probablemente desplegadas en –o entrenando, asesorando, u operando con el personal de– más de 100 países extranjeros. Y probablemente es una subestimación. En 2011, el entonces portavoz de SOCOM, Tim Nye, dijo a TomDispatch que personal de Operaciones Especiales era enviado cada año a 120 países en todo el mundo. Es decir, se encontraban en aproximadamente un 60% de las naciones del planeta. “Estamos ubicados en una serie de sitios”, fue lo más específico que Bockholt llegó a ser cuando hablé con él en los últimos días de 2013. Y cuando SOCOM finalmente me respondió a última hora, la cantidad presentada carecía casi completamente de sentido.

A pesar de la falta de cooperación oficial, un análisis de TomDispatch revela que SOCOM es un comando en permanente crecimiento con un alcance que ya se ha expandido. Como señaló el jefe del Comando de Operaciones Especiales, almirante William McRaven dijo en SOCOM 2020, su proyecto para el futuro, tiene aspiraciones ambiciosas para crear “una red Global de SOF de aliados y socios de la misma actitud”. En otras palabras, en ese futuro, que ahora se encuentra a solo seis años, quiere estar por doquier.

El ascenso de los militares secretos de las fuerzas armadas 

Nacido de una fracasada incursión en 1980 para rescatar rehenes estadounidenses en Irán (en la cual murieron ocho miembros de los servicios de EE.UU.), el Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. fue establecido en 1987. Compuesto de unidades de todas las ramas de los servicios armados, SOCOM está encargado de realizar las misiones más especializadas y secretas de Washington, incluyendo asesinatos, incursiones antiterroristas, reconocimiento especial, guerra inconvencional, operaciones psicológicas, entrenamiento de tropas extranjeras, y operaciones de contra-proliferación de armas de destrucción masiva. 

En la era posterior al 11-S, el comando ha crecido continuamente. Con un personal de 33.000 en 2001, se informa que se propone alcanzar 72.000 en 2014. (Cerca de la mitad de esa cantidad, se llama en la jerga profesional “operadores con placa”: SEALs, Rangers, Aviadores de Operaciones Especiales, Boinas Verdes – mientras el resto son personal de apoyo.) El financiamiento del comando también ha aumentado exponencialmente al triplicarse el presupuesto base de SOCOM de 2.300 millones de dólares a 6.900 millones de dólares entre 2001 y 2013. Si se agrega el financiamiento suplementario, en realidad había aumentado a 10.400 millones de dólares.

No es sorprendente que los despliegues de personal en el exterior hayan aumentado vertiginosamente de 4.900 “hombres-año” –como dice el comando– en 2001 a 11.500 en 2013. Unos 11.000 operadores especiales trabajan ahora en el exterior en cualquier momento dado y en cualquier día dado se encuentran en entre 70 y 80 países, aunque el New York Times informó que, según estadísticas que les fueron suministradas por SOCOM, durante una semana en marzo de 2013, esa cifra aumentó a 92.

La red global de la Fuerza de Operaciones Especiales 

El año pasado, el almirante McRaven, quien dirigió previamente el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, o JSOC –un subcomando clandestino especializado en el rastreo y asesinato de presuntos terroristas– pregonó su visión de la globalización de operaciones especiales. En una declaración al Comité de Servicios Armados de la Cámara, dijo:

“USSOCOM realza su red global de SOF para apoyar a nuestra inter-agencia y socios internacionales a fin de obtener una consciencia situacional expandida de amenazas y oportunidades emergentes. La red posibilita una presencia pequeña y persistente en ubicaciones críticas, y facilita involucrarse donde sea necesario o apropiado…” 

Traducido, esto significa que SOCOM teje una compleja red de alianzas con agencias gubernamentales en el interior y militares en el extranjero para asegurar que se encuentre al centro de cada punto álgido global y centro del poder concebible. De hecho, el Comando de Operaciones Especiales ha convertido el planeta en un gigantesco campo de batalla, dividido en numerosos frentes discretos: el autoexplicativo SOCAFRICA; el comando sub-unificado del Comando Central de EE.UU. en Medio Oriente SOCCENT; el contingente europeo SOCEUR, SOCKOR, que se dedica estrictamente a Corea; SOCPAC, que cubre el resto de la región Asia-Pacífico; y SOCSOUTH, que conduce misiones de operaciones especiales en Centro y Suramérica y el Caribe, así como el trotamundos JSOC.

Desde 2002, SOCOM también ha sido autorizado para crear sus propias Fuerzas de Tareas Conjuntas, una prerrogativa normalmente limitada a mayores comandos combatientes como CENTCOM. Estos incluyen la Fuerza de Tareas-Filipinas de Operaciones Especiales Conjuntas, 500-600 personas dedicadas a apoyar operaciones de contraterrorismo por aliados filipinos contra grupos insurgentes como Abu Sayyaf.

Una impresionante entidad semejante es la Fuerza de Tareas Conjunta Afganistán del Comando de Componentes de Operaciones Especiales Afganistán de la OTAN, que realiza operaciones, según SOCOM, “para capacitar a la Fuerza Internacional de Ayuda a la Seguridad (ISAF), la Fuerza Nacional de Seguridad Afgana (ANSF), y el gobierno de la República Islámica de Afganistán (GIRoA) a fin de suministrar al pueblo afgano un entorno seguro y estable e impedir actividades insurgentes que amenacen la autoridad y soberanía del GIRoA.” El año pasado, el aliado de EE.UU., presidente afgana Hamid Karzai evaluó de otra manera a la “fuerza especial de EE.UU. estacionada en la provincia Wardak”, a la que acusó de “acosar, molestar, torturar, e incluso asesinar a gente inocente”.

Según las últimas estadísticas presentadas por ISAF, de octubre de 2012 hasta marzo de 2013, fuerzas estadounidenses y aliadas estuvieron involucradas en 1.464 operaciones especiales en Afganistán, incluyendo 167 en las cuales fuerzas estadounidenses o de la coalición tuvieron la dirección y 85 que fueran operaciones unilaterales de ISAF. Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. también estuvieron involucradas en todo, desde la tutoría de fuerzas locales de seguridad con armamento ligero bajo la iniciativa de Operaciones de Estabilidad de Aldeas, al entrenamiento de fuerzas afganas de elite fuertemente armadas y bien equipadas – uno de cuyos oficiales entrenados por EE.UU. desertó a la insurgencia en otoño.

Fuera de fuerzas de tareas, también hay elementos de Comando Avanzado de Operaciones Especiales (SOC FWD) que, según los militares, “conforman y coordinan la cooperación en la seguridad y el enfrentamiento de fuerzas de operaciones especiales en apoyo al comando de operaciones especiales, comando combatiente geográfico, y fines y objetivos del equipo de país”. Esos equipos de intervención moderada –incluyendo SOC FWD Pakistán, SOC FWD Yemen, y SOC FWD Líbano – ofrecen entrenamiento y apoyo a tropas de elite locales en puntos álgidos extranjeros. En Líbano, por ejemplo, esto ha significado entrenamiento de contraterrorismo para fuerzas de Operaciones Especiales libanesas, así como ayuda a la Escuela de Fuerzas Especiales libanesas a fin de desarrollar entrenadores nacionales para formar otro personal militar libanés.

Diapositiva de instrucción del Comando Central de Operaciones Especiales (SOCCENT).

Las ambiciones de alcance y las ambiciones globales de SOCOM van aún más lejos. El análisis de TomDispatch de los primeros dos años completos de McRaven al mando revela una tremenda cantidad de operaciones en ultramar. En sitios como Somalia y Libia, tropas de elite han realizado incursiones clandestinas de comandos. En otros, han utilizado poder aéreo para perseguir, atacar, y matar a presuntos combatientes. En otros sitios, han librado una guerra de información utilizando propaganda en línea. Y en casi todas partes han estado trabajando en el establecimiento y forja de lazos cada vez más estrechos con militares extranjeros mediante misiones de entrenamiento y ejercicios.

“Gran parte de lo que hacemos mientras procedemos en esta fuerza es construir capacidad de cooperación”, dijo McRaven en la Biblioteca Ronald Reagan en noviembre, señalando que socios de la OTAN así como aliados en Medio Oriente, Asia y Latinoamérica “son absolutamente esenciales para la manera como procedemos”.

En marzo de 2013, por ejemplo, SEALs de la Armada realizaron ejercicios de entrenamiento conjunto con buzos indonesios. En abril y mayo, personal de Operaciones Especiales de EE.UU. se sumó a miembros de las Fuerzas de Defensa de Malawi para el Ejercicio Guardián Épico. Durante tres semanas, 1.000 soldados participaron en ejercicios de tiro, tácticas de unidades pequeñas, entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, y otras actividades en tres países – Yibuti, Malawi, y las Seychelles.

En mayo, operadores especiales estadounidenses participaron en Tormenta de Primavera, el mayor ejercicio anual de entrenamiento militar de Estonia. Ese mismo mes, miembros de las fuerzas peruanas y estadounidenses de operaciones especiales participaron en misiones conjuntas de entrenamiento orientadas a intercambio de tácticas y la mejora de su capacidad de realizar operaciones conjuntas. En julio, Boinas Verdes del 20 Grupo de Fuerzas Especiales del ejército pasaron varias semanas en Trinidad y Tobago trabajando con miembros de la Unidad Naval Especial y el Destacamento de Operaciones de Fuerzas Especiales de esa pequeña nación. Ese ejercicio de Entrenamiento Conjunto Combinado de Intercambio, realizado como parte del programa de Cooperación del Teatro de Cooperación en la Seguridad de SOCSOUTH, incluyó que los estadounidenses y sus homólogos locales participaran en instrucción de pistola y rifle y ejercicios tácticos de pequeñas unidades.

En septiembre, según informes en los medios, fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. se unieron a tropas de elite de la 10ª Asociación de Naciones del Sudeste Asiático –Indonesia, Malasia, las Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Myanmar (Birmania), and Camboya– así como sus equivalentes de Australia, Nueva Zelanda, Japón, Corea del Sur, China, India, y Rusia para un ejercicio de contraterrorismo financiado conjuntamente por EE.UU. e Indonesia realizado en un centro de entrenamiento en Sentul, Java Occidental.

El entrenamiento táctico fue, sin embargo, solo parte de la historia. En marzo de 2013, por ejemplo, expertos del Centro y Escuela John F. Kennedy de Guerra Especial del Ejército auspició un grupo de trabajo de una semana de duración con altos planificadores del Centro de Adiestramiento de las Fuerzas Especiales –el Centro de Guerra Especial de México– para ayudarles a desarrollar su propia doctrina de fuerzas especiales.

En octubre, miembros de las Fuerzas de Operaciones Especiales de Noruega viajaron al ultramoderno Centro de Juego de Guerra de SOCOM en su sede en la Base de la Fuerza Aérea MacDill en Florida, para refinar procedimientos de reacción a crisis para operaciones de rescate de rehenes. “NORSOF y dirigentes civiles noruegos participan regularmente en ejercicios nacionales de entrenamiento en el terreno enfocados en un escenario como este”, dijo el teniente coronel noruego Petter Hellesen. “Lo que fue especial en este ejercicio fue que pudimos reunir a tantos altos dirigentes noruegos y oficiales de acción, civiles y militares, en una misma sala con sus homólogos estadounidenses.”

De hecho, Mc Dill, se está convirtiendo rápidamente en un centro mundial de operaciones especiales, según un informe del Tampa Tribune. En otoño pasado, SOCOM inició silenciosamente un Centro de Coordinación Internacional de Fuerzas de Operaciones Especiales que suministra programas de trabajo como internos residentes a largo plazo para oficiales de alto nivel de operaciones clandestinas de todo el mundo. Representantes de 10 naciones ya se han unido al comando y se espera que 24 más se agreguen en los próximos 12-18 meses, según la visión global de McRaven.

No cabe duda que en los próximos años, tendrán lugar en Florida cada vez más interacciones entre fuerzas de elite de EE.UU. y sus homólogos extranjeros, pero es probable que en su mayoría ocurran –como lo hacen actualmente– en el exterior. El análisis de Tom Dispatch de documentos oficiales y comunicados de prensa oficiales del gobierno así como de informaciones en la prensa indica que fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. estuvieron desplegadas o involucradas con los militares de 106 naciones en todo el mundo durante 2012-2013.

Durante años, el comando ha afirmado que la divulgación de los nombres de esos países molestaría a aliados extranjeros y pondría en peligro a personal estadounidense. Bockholt de SOCOM me insistió en que incluso la mención del número total tendría el mismo efecto. “Usted comprende que existe información sobre nuestros militares… que es contradictorio mencionar” me dijo. “Hay ciertas cosas que no podemos publicar por la seguridad de los miembros de nuestro servicio tanto en el interior como en el exterior. No estoy seguro del motivo por el cual le interesa informar al respecto.”

Como respuesta, le pregunté cómo una simple cifra podría poner en peligro las vidas de personal de Operaciones Especiales, y respondió: “Cuando se trabaja con socios con los que trabajamos en los diferentes países, cada país es muy particular”. Se negó a entrar en más detalles sobre lo que quería decir o cómo tenía que ver con un simple número de países. Nunca se explicó por qué SOCOM terminó por darme una cifra, considerando esos supuestos peligros.

Llevando la guerra a casa 

Este año, el Comando de Operaciones Especiales tiene planes de hacer importantes incursiones dentro de otro país – EE.UU. El establecimiento de SOCNORTH en 2014, según el comando, tiene el propósito de ayudar a “defender Norteamérica superando todas las amenazas, manteniendo la fe con nuestro pueblo, y apoyándolo en sus tiempos de mayor necesidad”. Bajo los auspicios del Comando Norte de EE.UU. SOCNORTH será responsable por EE.UU., Canadá, México, y partes del Caribe.

A pesar de que el rechazo del Congreso ha frustrado hasta ahora los esfuerzos del almirante McRaven por crear una sede satélite de SOCOM para los más de 300 operadores especiales que trabajan en Washington, D.C. (al coste de 10 millones de dólares por año), el comando ha estacionado equipos de apoyo y contactos en toda la capital en un intento de empotrarse cada vez con más profundidad dentro de Washington. “Tengo gente en cada agencia aquí en Washington, D.C. – de la CIA, del FBI, de la Agencia Nacional de Seguridad, de la Agencia Nacional Geoespacial, de la Agencia de Inteligencia de la Defensa”, dijo McRaven durante un panel de discusión en el Centro Wilson de Washington en 2013. Refiriéndose a los acrónimos de las numerosas agencias con las cuales SOCOM ha forjado vínculos, McRaven siguió diciendo: “Si hay tres letras, y en algunos casos cuatro, tengo una persona allí. Y ellos han tenido un acuerdo recíproco con nosotros. Tengo a alguien en mi sede en Tampa.” Hablando en la Biblioteca Ronald Reagan en noviembre, dijo que SOCOM está actualmente empotrado en 38 agencias.

“En vista de la importancia de la colaboración inter-agencias, USSOCOM está colocando mayor énfasis en su presencia en la Región del Capitolio Nacional para apoyar mejor la coordinación y la toma de decisiones con socios de otras agencias. Por lo tato, USSOCOM comenzó a consolidar su presencia en la NCR [Región del Capitolio Nacional] a principios de 2012”, dijo McRaven al Comité de Servicios Armados de la Cámara el año pasado.

Un socio olvidado de SOCOM es U.S. AID, la agencia gubernamental dedicada a suministrar ayuda exterior civil a países en todo el mundo, cuyo mandato incluye la protección de los derechos humanos, la prevención de conflictos armados, la provisión de ayuda humanitaria, y la promoción de la “buena voluntad en el exterior”. En una conferencia en julio de 2013, Beth Cole, directora de la Oficina de Cooperación Cívico-Militar en U.S. AID, explicó exactamente cómo su agencia ayuda ahora silenciosamente a los militares secretos de las fuerzas armadas.

“En Yemen, por ejemplo, nuestro director de misión tiene ahora regularmente SVTCs [vídeo teleconferencias seguras] con personal de SOCOM. Eso no ocurrió hace dos años, hace tres años, hace cuatro, cinco, años,” dijo Cole según una transcripción del evento. Pero eso fue solo el comienzo. “Mi oficina en U.S. AID apoya entrenamiento pre-despliegue de las Fuerzas de Operaciones Especiales en preparación para misiones en todo el globo… Estoy orgullosa de que mi oficina y U.S. AID hayan estado suministrando apoyo al entrenamiento de varios cientos de personas de Operaciones Especiales del Ejército, la Armada, y de los Marines quienes han sido regularmente desplegados a Afganistán, y lo seguiremos haciendo.” 

Cole señaló que, en Afganistán, personal de U.S. AID a veces trabaja de común acuerdo con la iniciativa Operación Estabilidad de las Aldeas con fuerzas de Operaciones Especiales. En ciertas áreas, dijo, “podemos compartir algunos de nuestros oficiales del programa en el terreno como LNO (oficiales de liaison) en esas fuerzas de tareas de Operaciones Especiales Conjuntas y ser capaces de ejecutar el trabajo de desarrollo que necesitamos realizar junto a las Fuerzas de Operaciones Especiales”. Incluso sugirió considerar de cerca si esa combinación de su agencia civil y de operaciones especiales podría ser un modelo para operaciones en otros sitios en el mundo. 

Cole también mencionó que su oficina entrenará “una persona sénior” que trabaja para McRaven, el hombre que está a punto de “dirigir el elemento SOF Líbano” – posiblemente una referencia al tenebroso SOC FWD Líbano. U.S. AID, dijo, serviría como facilitador en ese país, “asegurando que tenga esas relaciones que necesita para encarar lo que es un problema muy, muy, muy serio para nuestro gobierno y para la gente de esa región”. 

U.S. AID también sirve como facilitador más cerca de casa. Cole señaló que su agencia está enviando asesores a sedes de SOCOM en Florida y que había “organizado reuniones para [operadores especiales] con expertos, realizado mesas redondas para ellos, los ha sumergido en el entorno que entendemos antes de que salgan al área de misión y los ha conectado con gente en el terreno”. Todo esto apunta a otra tendencia emergente: la invasión por SOCOM de la esfera civil.

En observaciones ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara, el almirante McRaven señaló que su operación en Washington, SOCOM NCR, “realiza integración con el cuerpo académico, organizaciones no gubernamentales, la industria, y otras organizaciones del sector privado para obtener su perspectiva en temas complejos que afectan a SOF.” Hablando en el Centro Wilson fue aún más directo: “También tenemos oficiales de liaison con la industria y con el cuerpo académico… Colocamos a algunos de nuestros mejores y más brillantes en algunas de las instituciones académicas para que podamos comprender lo que están pensando los académicos.”

La guerra de la información de SOCOM 

Sin darse por satisfecho con una presencia global en el mundo físico, SOCOM también se ha dedicado al ciberespacio donde opera la Iniciativa Red Transregional, una red de 10 sitios en la web de propaganda que son dirigidos por varios comandos combatientes y que aparentan ser legítimos medios noticiosos. Esos sitios tenebrosos – incluyendo KhabarSouthAsia.com, Magharebia que apunta al Norte de África, una actividad que apunta a Medio Oriente conocida como Al-Shorfa.com, y otra dirigida a Latinoamérica llamada Infosurhoy.com – declaran solo en la letra chica que son “patrocinados” por los militares estadounidenses. 

En junio pasado, el Comité de Servicios Armados del Senado interpeló a la Iniciativa Red Transregional por costes “excesivos” mientras señalaba que la “efectividad de los sitios en la web es cuestionable y la medida de su rendimiento no justifica el gasto”. En noviembre, SOCOM anunció que a pesar de todo trata de identificar a socios en la industria que, bajo la Iniciativa, podrían potencialmente “desarrollar nuevos sitios en la web adaptados a audiencias extranjeras”.

Tal como SOCOM trabaja para influenciar a audiencias en el exterior, también está dedicado a un riguroso control de información en el interior – por lo menos en lo que me respecta. El mayor Bockholt dejó claro que SOCOM objetó a un artículo mío de 2011 sobre las fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. “Parte de ese material es incongruente con los hechos reales”, me dijo. Le pregunté qué exactamente era incongruente. “Algunas de las cosas que escribió sobre JSOC… Pienso que leí alguna información sobre asesinatos indiscriminados o cosas parecidas.”

Supe de inmediato a qué cita se refería sin lugar a dudas – una mención de la campaña de asesinato/captura en ultramar del Comando Conjunto de Operaciones Especiales como “una máquina de asesinato de contraterrorismo a una escala casi industrial”. Bockholt dijo que ciertamente es “una cita que preocupa”. El único problema es que: yo no lo dije. Era, como dije muy claramente en el artículo, la evaluación hecha por John Nagl, un teniente coronel en retito del Ejército y ex asesor de contraterrorismo del ahora general en retiro y ex director de la CIA, David Petraeus.

Bockholt no mencionó otros ejemplos de incongruencias. Pregunté si cuestionaba mi caracterización de alguna información de una entrevista que realicé con el entonces portavoz de SOCOM, coronel Tim Nye. No lo hizo. En su lugar, explicó que SOCOM tenía problemas con mi trabajo en general. “Cuando consideramos la caracterización de sus escritos, en general, y yo sé que usted tiene algunas cosas sobre Vietnam [una referencia a mi éxito de ventas, Kill Anything That Moves: The Real American War in Vietnam] y cosas semejantes – debido a su estilo, tenemos que ser muy cuidadosos sobre cómo respondemos a sus preguntas por el modo como usted tiende a utilizar esa información”. Bockholt entonces preguntó si yo era anti-militar. Respondí que trataba todos los temas que cubría con un estándar muy elevado.

A continuación Bockholt lanzó un ataque verbal contra el sitio en la web en el cual soy editor jefe, TomDispatch.com. En vista de la tendencia del Comando de Operaciones Especiales de interesarse por nuevos sitios dudosos, me impresionó cuando dijo que TomDispatch –que ha publicado noticias originales, análisis y comentarios durante más de una década y que obtuvo el Premio Utne a los Medios de 2013 por “mejor cobertura política”– no era un “verdadero medio”. Desde mi punto de vista fue una posición atrevida considerando que el tenebroso sitio noticioso para Medio Oriente de SOCOM, Al-Shorfa.com incluye realmente una cláusula de exención de responsabilidades de que “no puede garantizar la exactitud de la información suministrada”.

Mientras amenazaba mi fecha límite, estaba poniendo los toques finales en este artículo cuando llegó un correo electrónico de Mike Janssen de Asuntos Públicos de SOCOM. Era –finalmente– una respuesta aparentemente simple a lo que parecía una pregunta sorprendentemente directa formulada más de un mes antes: ¿Cuál es la cantidad de países en los cuales fuerzas de Operaciones Especiales estuvieron desplegadas en 2013? Janssen fue breve. Su respuesta: 80.

¿Cómo, me pregunté, podía ser posible? En medio de la iniciativa de red de SOF Global de McRaven, ¿podría SOCOM haber disminuido sus despliegues de 120 en 2011 a solo 80 el año pasado? Y si fuerzas de Operaciones Especiales estuvieron desplegadas en 92 naciones durante solo una semana en 2013, según estadísticas oficiales suministradas al New York Times, ¿cómo podrían haber estado presentes en 12 países menos en todo el año? ¿Y por qué, en su declaración de postura de marzo de 2013 al Comité de Servicios Armados de la Cámara, mencionó el almirante McRaven “despliegues anuales en más de 100 países”? Con algunos minutos de sobra, llamé a Mike Janssen para obtener una aclaración. “No tengo ninguna información al respecto”, me dijo y me pidió que presentara mi pregunta por escrito – precisamente lo que había hecho más de un mes antes en un esfuerzo por obtener una respuesta oportuna a esa pregunta directa y esencial. 

Hoy en día, el Comando de Operaciones Especiales se encuentra en una encrucijada. Trata de influenciar a la gente en el exterior, mientras dentro del país trata de mantener a oscuras a los estadounidenses sobre sus actividades; expandiendo su alcance, impacto, e influencia, mientras se esfuerza por mantenerlos en las sombras; realizando operaciones en todo el globo, mientras profesa que solo opera en una “serie de sitios”; afirmando despliegues a escala mundial que han disminuido notablemente en el año pasado, mientras la evidencia sugiere otra cosa.

“Sé lo que está tratando de ser”, dijo Bockholt crípticamente antes de colgar el teléfono – como si las continuas preguntas de un periodista en el intento de obtener respuestas de información básica después de un mes de espera excedieran el límite. Mientras tanto, Bockholt y otros en SOCOM trabajan para mantener lo más secreto posible todo lo que el Comando de Operaciones Especiales trata de hacer globalmente y en el interior.

Nick Turse es editor-jefe de Tomdispatch.com e investigador de The Nation Institute. Es autor de The Complex: How the Military Invades Our Everyday Lives y de una historia de pronta aparición sobre los crímenes de guerra de EEUU en Vietnam: “Kill Anything That Moves” (ambos libros en Metropolitan). 

Claves para el mapa de Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. en el mundo, 2012-2013

Marcadores rojos: despliegue de Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. en 2013.

Marcadores azules: Fuerzas de Operaciones Especiales que trabajaron con/entrenaron/asesoraron/realizaron operaciones con tropas indígenas en EE.UU. o en un tercer país durante 2013.

Marcadores púrpura: despliegue de Fuerzas de Operaciones Especiales en 2012.

Marcadores amarillos: Fuerzas de Operaciones Especiales que trabajaron con/entrenaron/asesoraron/ realizaron operaciones con tropas indígenas en EE.UU. o en un tercer país durante 2012.

Copyright 2013 Nick Turse