jueves, 28 de abril de 2011

Carta a Don Javier Sicilia de Subcomandante Insurgente Marcos.

EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.

Abril del 2011.

“Y a ustedes, ciudadanos, cuarenta y nueve niños os hacen saber:

Que en México la justicia recuperó la vista,
Pero sólo mira con el ojo derecho y en sesgada forma.


Que en este país la tal señora es manca como Venus de Milo,
Pero no es bella sino esperpéntica.

Que en razón de los defectos antedichos,
La balanza que sostenía la fulana se arrastra y es del lodo.

Que los sentimientos que vieron nacer la nación mexicana
No viven más bajo la toga de esa doña justicia
Escrita aquí con intencional minúscula.

Por eso, mexicanos, este alado escuadrón os convoca:

A levantar el palacio de la Justicia con las propias manos,
Con el propio amor y con la verdad indefectible.

A romper las tapias que los sátrapas cometen
Para segar nuestros, ojos, corazón y bocas.


A luchar hasta que el último aliento nos alcance
Y se convierta en el primero de un país
Que sea digno paisaje de la paz que nos ganamos”.

Juan Carlos Mijangos Noh.
(Fragmento de “49 Globos”,
en memoria de l@s 49 niñ@s muert@s en la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora).

Para: Javier Sicilia.
De: SupMarcos.

Hermano y compañero:

Reciba los saludos de los hombres, mujeres, niños y ancianos indígenas del EZLN. Las compañeras y compañeros bases de apoyo zapatistas me encargan que le diga lo siguiente:

En estos momentos especialmente dolorosos para nuestro país, nos sentimos convocados por el clamor que se sintetiza en sus valientes palabras, provocadas por el dolor del vil asesinato de Juan Francisco Sicilia Ortega, Luis Antonio Romero Jaime, Julio César Romero Jaime y Gabriel Alejo Escalera, y en el llamado que hace para la Marcha Nacional por la Justicia y contra la Impunidad, que saldrá el 5 de mayo del 2011 de la ciudad de Cuernavaca, Morelos, y llegará al Zócalo de la Ciudad de México el día domingo 8 de mayo de este año.

Aunque es nuestro deseo sincero el marchar a su lado en la demanda de justicia para las víctimas de esta guerra, no nos es posible ir ahora hasta Cuernavaca o a la Ciudad de México.

Pero, de acuerdo a nuestras modestas capacidades, y en el marco de la jornada nacional a la que nos convocan, l@s indígenas zapatistas marcharemos en silencio en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, en ejercicio de nuestros derechos constitucionales, el día 7 de mayo del 2011. Al finalizar la marcha en silencio, diremos nuestra palabra en español y en nuestras lenguas originarias, y después regresaremos a nuestras comunidades, pueblos y parajes.

En nuestra marcha silenciosa llevaremos mantas y carteles con los mensajes de: “Alto a la Guerra de Calderón”, “No más sangre” y “Estamos hasta la madre”.

Le pedimos por favor que haga llegar estas palabras a los familiares de los 49 niños y niñas muertos y los 70 lesionados en la tragedia de la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora; a las dignas Madres de Ciudad Juárez; a las familias Le Baron y Reyes Salazar, de Chihuahua; a los familiares y amistades de las víctimas de esta ensoberbecida guerra; a los defensores de los derechos humanos de nacionales y migrantes; y a tod@s l@s convocantes a la Marcha Nacional por la Justicia y contra la Impunidad.

Respondiendo a su llamado de nombrar a las víctimas inocentes, hoy nombramos a las niñas y niños muertos en la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora, quienes aún esperan justicia:

María Magdalena Millán García
Andrea Nicole Figueroa
Emilia Fraijo Navarro
Valeria Muñoz Ramos
Sofía Martínez Robles
Fátima Sofía Moreno Escalante
Dafne Yesenia Blanco Losoya
Ruth Nahomi Madrid Pacheco
Denisse Alejandra Figueroa Ortiz
Lucía Guadalupe Carrillo Campos
Jazmín Pamela Tapia Ruiz
Camila Fuentes Cervera
Ana Paula Acosta Jiménez
Monserrat Granados Pérez
Pauleth Daniela Coronado Padilla
Ariadna Aragón Valenzuela
María Fernanda Miranda Hugues
Yoselín Valentina Tamayo Trujillo
Marian Ximena Hugues Mendoza
Nayeli Estefania González Daniel
Ximena Yanes Madrid
Yeseli Nahomi Baceli Meza
Ian Isaac Martínez Valle
Santiago Corona Carranza
Axel Abraham Angulo Cázares Javier Ángel Merancio Valdez
Andrés Alonso García Duarte
Carlos Alán Santos Martínez
Martín Raymundo de la Cruz Armenta
Julio César Márquez Báez
Jesús Julián Valdez Rivera
Santiago de Jesús Zavala Lemas
Daniel Alberto Gayzueta Cabanillas
Xiunelth Emmanuel Rodríguez García
Aquiles Dreneth Hernández Márquez
Daniel Rafael Navarro Valenzuela
Juan Carlos Rodríguez Othón
Germán Paúl León Vázquez
Bryan Alexander Méndez García
Jesús Antonio Chambert López
Luis Denzel Durazo López
Daré Omar Valenzuela Contreras
Jonathan Jesús de los Reyes Luna
Emily Guadalupe Cevallos Badilla
Juan Israel Fernández Lara
Jorge Sebastián Carrillo González
Ximena Álvarez Cota
Daniela Guadalupe Reyes Carretas
Juan Carlos Rascón Holguín

Para ell@s pedimos justicia.

Porque nosotros sabemos bien que nombrar a los muertos es una forma de no abandonarlos, de no abandonarnos.

Don Javier:

Sepa que también haremos un llamado a nuestr@s compañer@s de La Otra en México y a quienes están en otros países para que se sumen a la movilización que han convocado.

Estaremos atentos a lo que vaya aconteciendo para apoyar en lo que podamos.

Vale. Salud y no olviden que no están sol@s.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Abril del 2011.

Comunicado del CCRI-CG del EZLN: Convocatoria a sumarse a la Marcha Nacional por la Justicia y contra la Impunidad

COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.

ABRIL DEL 2011.

“Un habitante de Los Pinos contempla un atroz crimen,
Se desentiende por un año,
Cambia de puesto a los muebles que
Juegan a ministros y funcionarios
Y se refugia en culpable silencio,
El descastado, en su afán de conservar
La silla que lo monta.

¿Qué le daremos Daré?

Y nuestro niño médico de almas prescribe:
Un corsé de dignidad que la espalda le enderece,
Gotas de verdad para los ojos,
Tabletas de honradez (pero que no se las meta en los bolsillos),
Inyecciones de dignidad que no se compra con dinero
Y el reposo absoluto de sus corruptos hábitos.

Aíslenlo, su enfermedad es contagiosa”.

Juan Carlos Mijangos Noh.
(Fragmento de “49 Globos”,
en memoria de l@s 49 niñ@s muert@s en la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora).

AL PUEBLO DE MÉXICO:
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO:
A LOS ADHERENTES A LA SEXTA DECLARACIÓN DE LA SELVA LACANDONA Y LA OTRA CAMPAÑA EN MÉXICO:
A LOS ADHERENTES A LA ZEZTA INTERNACIONAL:

HERMANAS Y HERMANOS:
COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS:

LA CAMPAÑA MILITAR PSICÓTICA DE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, QUIEN HA CONVERTIDO LA LUCHA CONTRA EL CRIMEN EN UN ARGUMENTO TOTALITARIO PARA, PREMEDITADAMENTE, GENERALIZAR EL MIEDO EN TODO EL PAÍS, SE ENFRENTA AHORA A LAS VOCES DIGNAS Y ORGANIZADAS DE FAMILIARES DE VÍCTIMAS DE ESA GUERRA.

ESTAS VOCES QUE SURGEN DE DIFERENTES RINCONES DE NUESTRO PAÍS NOS CONVOCAN A MOVILIZARNOS Y MANIFESTARNOS PARA DETENER LA LOCURA ORGANIZADA Y DESORGANIZADA QUE ESTÁ COBRANDO VIDAS INOCENTES, QUE SON NUEVAMENTE ASESINADAS AL SER CALIFICADAS, POR LA SIMPLEZA GUBERNAMENTAL, COMO SICARIOS O VÍCTIMAS COLATERALES.

RESPONDIENDO A ESE LLAMADO QUE NACE, ENTRE OTROS, DEL DOLOR DEL COMPAÑERO POETA JAVIER SICILIA, EL EZLN COMUNICA:

PRIMERO.- BASES DE APOYO DEL EZLN MARCHARÁN EN SILENCIO EN LA CIUDAD DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, EL DÍA 7 DE MAYO DEL 2011, PARA SALUDAR Y APOYAR LA DIGNA VOZ QUE RECLAMA JUSTICIA. EL CONTINGENTE ZAPATISTA PARTIRÁ, EN HORAS DE LA TARDE, DE LA CALLE FRENTE AL CIDECI, EN SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Y MARCHARÁ HASTA LA PLAZA DE LA PAZ, FRENTE A LA CATEDRAL. AL LLEGAR A LA PLAZA SE LEERÁ UN MENSAJE DEL EZLN Y DESPUÉS L@S ZAPATISTAS RETORNARÁN A SUS COMUNIDADES.

SEGUNDO.- SIGUIENDO LA CONVOCATORIA DE LA LLAMADA MARCHA NACIONAL POR LA JUSTICIA Y CONTRA LA IMPUNIDAD, LLAMAMOS A NUESTR@S COMPAÑER@S DE LA OTRA CAMPAÑA EN MÉXICO Y EN EL MUNDO, A L@S INDIVIDU@S, GRUPOS, COLECTIVOS, ORGANIZACIONES, MOVIMIENTOS Y PUEBLOS ORIGINARIOS ADHERENTES A LA SEXTA DECLARACIÓN DE LA SELVA LACANDONA, PARA QUE, EN LA MEDIDA DE SUS POSIBILIDADES Y EN SUS CONDICIONES, SE SUMEN A LA JUSTA DEMANDA DE ESTA MARCHA NACIONAL, SEA ACOMPAÑANDO LA MARCHA CENTRAL QUE PARTE DE LA CIUDAD DE CUERNAVACA, MORELOS, EL DÍA 5 DE MAYO DEL 2011, EN LA CIUDAD DE MÉXICO EL DÍA 8 DE MAYO DEL 2011, O ENTRE LOS DÍAS 5 Y 8 DE MAYO DEL 2011 EN SUS LOCALIDADES MEDIANTE MARCHAS EN SILENCIO CON MANTAS Y CARTELES, MÍTINES, ACTOS CULTURALES, ETC., CON LAS SIGUIENTES CONSIGNAS:


¡ALTO A LA GUERRA DE CALDERÓN!

¡NO MÁS SANGRE!

¡ESTAMOS HASTA LA MADRE DE…!
(donde cada quien complete la frase con sus demandas particulares).

TERCERO.- HACEMOS UN LLAMADO ESPECIAL A NUESTR@S COMPAÑER@S DE LA OTRA EN CHIAPAS PARA QUE SE MANIFIESTEN, EN SILENCIO, JUNTO A NOSOTR@S EL DÍA 7 DE MAYO DEL 2011 Y QUE SE REÚNAN EN EL CIDECI, EN SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, AL MEDIODÍA, PARA DE AHÍ CAMINAR HASTA LA PLAZA DE LA PAZ.

CUARTO.- CONVOCAMOS A NUESTR@S COMPAÑER@S DE LA ZEZTA INTERNACIONAL A QUE, EN SUS RESPECTIVAS GEOGRAFÍAS Y CALENDARIOS, APOYEN ESTA DEMANDA DE QUE SE DETENGA EL BAÑO DE SANGRE QUE OCURRE EN TIERRAS MEXICANAS Y SE HAGA JUSTICIA A LAS VÍCTIMAS.

QUINTO.- LLAMAMOS TAMBIÉN A LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE MÉXICO, AGRUPADOS EN EL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA, A QUE APOYEN ESTA LUCHA POR TERMINAR LA PESADILLA DE SANGRE QUE ENVUELVE NUESTROS SUELOS.

SEXTO.- RESPONDIENDO AL EXHORTO DE NOMBRAR A LAS VÍCTIMAS DE ESTA GUERRA, NOMBRAMOS A LOS ASESINADOS POR UN GRUPO CRIMINAL EN VILLAS DE SALVÁRCAR, CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA, A FINALES DE ENERO DEL 2010, Y QUE ESPERAN JUSTICIA:

Marcos Piña Dávila
José Luis Piña Dávila
Rodrigo Cadena Dávila
Juan Carlos Medrano
Horacio Alberto Soto Camargo
José Luis Aguilar Camargo
Yomira Aurora Delgado
Brenda Ivonne Escamilla José Adrian Encino Hernández
Edgar Martínez Díaz
Jesús Enríquez
Jesús Armando Segovia Ortiz
Carlos Lucio Moreno
Eduardo Becerra.
Jaime Rosales


¡NO ESTÁN SOLOS!

¡DEMOCRACIA!
¡LIBERTAD!
¡JUSTICIA!

Desde las montañas del Sureste Mexicano.
POR EL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL

Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Abril del 2011.

martes, 26 de abril de 2011

Los argumentos de Javier Sicilia

Algunas críticas comienzan a poner a prueba de qué está hecha la postura de Javier Sicilia ante el multihomicidio en el que fue asesinado su hijo Juan Francisco Sicilia, su exigencia de justicia, su grito: “¡Ya Basta, Estamos hasta la madre!” y su llamado a un movimiento nacional contra la guerra y por paz con justicia y dignidad.

La clásica crítica clasista: Que no es un movimiento “de clase” proletaria, sino “clasemediero o pequeñoburgués”. Por ende, dado que solamente el proletariado, y su vanguardia El Partido, son el sujeto revolucionario, esto se desmoronará en menos de lo que se desmoronaron los gobiernos proletarios en la URSS y Europa del Este. Ese argumento suele caerse solito cada vez que salta la liebre donde los dogmas decía que no.

Desde luego no me referiré a las críticas cobardes de Calderón, que no se atreven a llamar a Javier Sicilia por su nombre, pero insisten en la guerra contra el narco en que Calderón está empecinado, para demostrar que no solamente sabe perder elecciones y hacer fraude, sino perder guerras y hacer fraude…

Hay algunas críticas que son más desde la confusión ante una postura aparentemente difícil de entender: Han malinterpretado el llamado a los criminales y a la fuerza pública estatal de regresar a “sus códigos”, y el llamado a terminar la guerra mediante un “pacto”. Han querido ver en ello un cheque en blanco de impunidad a los asesinos: No, el cheque en blanco se los dan la guerra mal planteada y ahora la autorización “legal” al ejército para violar las garantías individuales. Una guerra así, es la puerta abierta al crimen para ambos “bandos”. Es solamente en la paz y con un enfoque no guerrerista, que se podría juzgar a los asesinos, del bando que sean, y sobre todo disminuir o mejor eliminar la violencia feminicida, juvenicida, genocida.

No es una postura nueva que Javier Sicilia se haya inventado tras la desgracia que la guerra absurda le hizo padecer. Es la postura que ha sostenido hace meses y años en sus artículos en Proceso.

Es recomendable leer sus artículos y ensayos breves como: La contraproductividad calderonista, El valor de un país desfondado, “Todos son culpables menos yo”, Los medios o el horror banalizado, Cuernavaca, rehén o laboratorio, La puta casta, Los ojos de la Gorgona y El hombre desnudo y la guerra de Calderón, textos en los cuales defiende ideas como las que ahora son discutidas a partir de Estamos hasta la madre: carta a los políticos y los criminales.

Solamente nos referiremos a La contraproductividad calderonista, donde la crítica a la guerra mal planteada y tercamente defendida por Calderón es frontal:

“Lejos de desmantelar las redes criminales y la circulación de las drogas, su presencia ha generado mayor inseguridad entre los ciudadanos, ha multiplicado no sólo las ejecuciones –los muertos por esta guerra son mayores que en zonas de conflictos armados como Irak–, sino también las redes por las que estas organizaciones distribuyen su producto y cooptan a las autoridades; ha creado también miedo en las organizaciones sociales que, so pretexto de esta guerra, son constantemente hostigadas y amenazadas –las denuncias contra el Ejército en la violación de los derechos humanos han ido en aumento. Ha hecho algo peor: está destinando una buena parte del dinero que podría invertirse en educación y cultura –dos rubros importantes para disminuir el consumo de la droga– en inteligencia militar y policiaca, es decir, en actividades para la violencia. Además, con el desempleo que la crisis económica ha generado, con los bajos salarios que se pagan en una buena parte de los empleos que aún quedan, la oferta del crimen organizado se vuelve un sitio atractivo para quienes, bajo el peso de una sociedad de consumo, carecen de salidas.”

En unas líneas ya planteaba en agosto de 2009 lo que ahora muchos mexicanos piensan sobre la guerra. Y lo que anima la idea de un movimiento nacional por la paz.

Describió el terror de la guerra a que se ha sometido a la población civil en lugares como Cuernavaca y todo el estado de Morelos. “Bajo el pretexto de la seguridad hay que vivir en el terror de encontrarse en medio de una balacera, de ser detenidos –como si estuviéramos en un estado de excepción– por el Ejército o la policía para demostrar nuestra condición de ciudadanos pacíficos, de ser secuestrados, de ver reducidas las partidas destinadas a la producción de cultura y educación en beneficio de la violencia, de mirar el abismo en el que mucha gente, despojada por el sistema, puede encontrar una salida a su desesperación.”

La crítica a la responsabilidad del gobierno de Calderón es directa: “Los únicos que han ganado con ella son, al igual que lo fueron los financieros y especuladores, las instituciones contraproductivas de la violencia: policía, Ejército, narcos, gobernantes y jueces corruptos, ciudadanos que lavan dinero e instituciones carcelarias. Esta guerra, como cualquier guerra, define a la ciudadanía como un recurso que –es la lógica del gobierno– hay que proteger a toda costa, o –es la lógica del crimen– que hay que explotar –por el secuestro, la extorsión, el consumo y el miedo– para, en ambos casos, maximizar ganancias improductivas. Esto es lo que ha significado en los tres años de gobierno de Felipe Calderón la guerra contra el narcotráfico: la exclusión brutal del ciudadano que quiere sobrevivir noblemente.”

Desde entonces Sicilia propuso acabar con la guerra, legalizar el comercio de drogas y erradicar la violencia, enfrentando el narcotráfico como problema de salud y no de “seguridad”. Lo citamos en extenso porque no es un planteamiento que pretenda impunidades ni claudicaciones y se ve claro: “El tráfico de drogas es, en el orden del libre mercado –el orden del cinismo–, una empresa más que busca su nicho en la economía. Satanizada por la misma moral que ha exaltado el consumo y el libre mercado y que otrora satanizó otro tipo de empresas que, como la del alcohol, terminó por legalizar, el tráfico de drogas y la contraproductividad que genera su persecución puede desmantelarse legalizándolo. Con ello se controlaría, como he dicho, su calidad para un consumidor que siempre existirá dentro de sociedades basadas en el consumo, y se captarían impuestos que podrían invertirse en salud, en educación y en cultura como medios para reducirlo. La otra sería la que hace poco propuso el vocero de La Familia: negociar.

“Desde que la sociedad de consumo sentó sus reales en México, el crimen organizado ha existido. Por mucho tiempo, el gran capo, que fue el Presidente de la República, lo controló con negociaciones que lo mantenían en la periferia. Hoy, frente a la contraproductividad de la guerra y la complejidad jurídica que implica la legalización de la droga, habría que volver a allí. “Negociar, como lo hacen las mafias cuando se fracturan, implicaría acuerdos que, sin legitimar los corredores de la droga, no se tocarían a cambio de que las propias mafias mantuvieran intocada a la población: no secuestros, no narcomenudeo. Las mafias tienen códigos de honor nacionales que, bien negociados, reducirían en buena medida la contraproductividad que su combate genera.

“No es el bien –el bien implicaría un severo cuestionamiento de la idea de libre mercado, de desarrollo y del monopolio de lo económico–, pero es, dentro de una economía de mercado, el mal menor, un mal que al menos pondría un coto a la tremenda contraproductividad en la que el gobierno de Calderón, contra toda su lógica, se ha empeñado en los últimos tres años.”

Eso escribió Javier Sicilia, en 2009, después, este año, 2011, asesinaron a su hijo. Pusieron a prueba de qué está hecho el poeta y articulista. El ha respondido con dignidad, luchando por justicia, contra el olvido y abriendo el debate: No propone la “impunidad” sino la justicia “sin legitimar los corredores de la droga”. Frenar la masacre, y enfrentar el tema de una manera más inteligente y no sangrienta. Pero hoy una manera inteligente y no sangrienta es demasiado pedir a la clase política: Está dopada, depende del terror, de la violencia, para hacerse sentir “necesaria”. ¿Puede pactar la sociedad, sin los oportunistas como el represor Marcelo Ebrard? Sí: Es el momento de buscar, como dice un personaje de la película de Mel Gibson Apocalypto –independientemente de lo criticable que sea el filme como producto–, un nuevo comienzo. La muerte, el terror y la guerra son armas de la impunidad y un obstáculo para la justicia.

viernes, 22 de abril de 2011

Control mental: La sociedad de los zombies

Te vigilan, tu conducta está siendo chequeada, monitoreada, y controlada por expertos.

Te bombardean, a diario, no para matarte sino para colonizar tus pensamientos y tus emociones.

No lo sabes, pero eres el nuevo soldado, y a su vez el blanco táctico de las operaciones psicológicas pensadas para vender productos, eres el individuo-masa de la ideología consumista nivelada planetariamente como estrategia de mercado por las trasnacionales capitalistas.

Te vigilan, manejan tus emociones por control remoto, te venden desde adrenalina y pensamiento positivo hasta productos y entretenimiento por la pantalla de TV. Te hacen sentir libre robando tu libertad.

Eres un blanco móvil, quieren exterminar tu cerebro, quieren castrar tu capacidad reflexiva, quieren matar tu pensamiento crítico, quieren blindar tu libertad de elegir, convertirte en un consumidor mutante.

No lo sabes, pero estás en guerra, y las batallas ya no se desarrollan en espacios lejanos, sino en tu propia cabeza. El objetivo ya no es matarte, sino controlarte para convertirte en un zombie de la sociedad de consumo. Las balas ya no apuntan a tu cuerpo, sino a tus contradicciones y vulnerabilidades psicológicas.

Los titulares, las imágenes direccionadas, la información manipulada, son los misiles de última generación que las grandes cadenas mediáticas y la publicidad disparan con demoledora precisión sobre tu cerebro convertido en teatro de operaciones de la sociedad de consumo.

Buscamos protección, buscamos información, ellos controlan, manejan satélites, tecnología informática, manejan la imagen, manejan el poder, imponen su visión como si fuera la del conjunto, venden su realidad como si fuera la tuya, el mundo es éste, tus percepciones son falsas, consume, la tecnología te ama.

Eres rastreado y espiado a diario, buscan tus huellas para conocerte, exploran tus emociones, tus miedos, buscan puntos débiles, quieren implantarte su mundo como si fuera el tuyo, convertirte en un cobayo domesticado de su sociedad de consumo.

Te espían, te rastrean, son los vigilantes del cíberespacio, te pueden hacer una foto por satélite a dos mil kilómetros con si estuvieran a un metro tuyo. El planeta es una gran prisión controlada por sus computadoras, tu vida no tiene secretos, deben saber como piensas, para convertirte en un ciudadano políticamente correcto, en un pacifista tolerante que solo relata y consume la verdad oficial.

No lo sabes, pero cuando consumes sociedad de consumo por coacción psicológica te conviertes en individuo-masa, te conviertes en un "soldado cooperante" de los planes de dominio y control social establecidos por el capitalismo sionista trasnacional que se inventó una "civilización" solo para vender productos.

No lo sabes, pero eres el blanco de operaciones psicológicas extremas que buscan convertirte en un alienado programado (AP), cuyo cerebro no está diseñado para pensar sino para consumir.
Compra, compra, ellos necesitan vender para seguir dominando, compra, compra, si tu no compras, si tu no consumes ellos no existen. En el capitalismo todo se compra y se vende, incluso tu cerebro, que tiene un valor de mercado en las estadísticas del control mental.

Estás en medio de una guerra y eres el blanco principal, pero no lo sabes. Las operaciones ya no se trazan a partir de la colonización militar para controlar un territorio, sino a partir de la colonización mental para controlar tus emociones y direccionar tu conducta. Los objetivos ya no son militares: En la guerra en que estás metido, ya no se se pelea por territorios sino por mercados. Tu cerebro es la materia prima. Y quien se apodera de los cerebros, se apodera de los mercados. El planeta ya no se divide por fronteras territoriales, sino por fronteras comerciales.

Compra, compra, te controlan para que consumas, mientras el sistema engorda, se nutre de lo que tu consumes.

Si tu no compras, si tu no votas periódicamente, si tu no legitimas su sociedad de consumo, se derrumba su imperio, se derrumban sus bancos, estallan sus corporaciones, se quedan sin gasolina sus tanques, aviones y submarinos, se paralizan sus metrópolis, colapsan sus sociedades de consumo, se derrumba su decadente civilización de la compra y venta.

Consume, consume, tu cerebro no está programado para pensar sino para consumir.

Los dueños del manicomio capitalista te vigilan, te adoctrinan sin que te des cuenta, imponen sus objetivos como si fueran los tuyos, su supervivencia depende de que estés adoctrinado, con tu cerebro lavado, que compres seguridad y adrenalina como si fueran tu alimento diario.

Te controlan, compra, compra, ellos venden y tu compras, desde productos hasta su visión macrocósmica del mundo que luces como si fuera tuya.

Eres un blanco móvil de la sociedad de consumo, de la sobredosis de información y entretenimiento orientados a reducir cerebros y a engordar la rentabilidad de las grandes corporaciones que a diario te convierten en un nicho de oferta y demanda, en un segmento más del mercado.

La ecuación es simple, tu compras y ellos venden. Para ello deben sobreimpmir su programa en tu mente, deben rediseñar tu psicología, tus creencias, tus emociones, deben convertirte en un zombie saturado de tecnología digital.

No debes pensar, solo consumir, consumir, programas, música fashion, presidentes, jabones, ídolos mediáticos que te adoctrinen, que te reafirmen en la manada, eres un zombie, tu libertad no existe, estás bajo control.

Compra, compra, esa es la idea fuerza que la "sociedad de la información" imprimió en tu psicología al nacer.

Ellos no te necesitan para que pienses sino para que consumas, productos, teorías de dominio blando, democracia, pacifismo, presidentes, necesitan tu cerebro, para consumir a tiempo completo, hasta que te reemplacen definitivamente por un microchip.

No lo sabes, ni siquiera lo sospechas, pero estás metido dentro de una guerra. Invisible, cruenta, devastadora, silenciosa, que todos los días te convierte en víctima y en victimario de un sistema que ya no necesita matar físicamente para dominar.

La máxima conspiración histórica se ha hecho realidad: El dominador desapareció de escena, puedes hacer lo que quieras, tu prisión es tu propia libertad.

No lo sabes, pero estás metido dentro de la Guerra de Cuarta Generación. Bienvenido al mundo Orwell.

martes, 19 de abril de 2011

Yacooñoy

Cuentan los antiguos mixtecos que el mundo se nació de la unión de dos grandes árboles, en la solitaria Apoala, al pie de una gruta, en el río Achiutl. Unidos por sus raíces, estos dos árboles primeros crearon a la primera pareja mixteca y de los hijos de sus hijos nació Yacoñooy, el flechador del sol

Su numerosa tribu mixteca no tenía tierras. Yucoñooy, uno de sus guerreros los condujo al país de Tilantongo, el cual lo tomaron por propio. Pero un sol de fuego lo abrazaba y pensó el guerrero mixteca que esos parajes le pertenecían al sol.


Cuentan los antiguos que era Yacoñooy un guerrero pequeño, pero valiente y audaz, que nada temía, por grande y poderoso que pareciera.

Porque, dicen estos sabios indígenas, la estatura se lleva en el corazón y suele suceder que quienes parecen pequeños en el exterior, grandes son en la grandeza de su corazón; y quienes se presentan como fuertes y poderosos en su apariencia, son en realidad de corazón pequeño y débil.

Y dicen también que el mundo es grande y es lleno de maravillas gigantes porque gente pequeña de físico supo encontrar en su interior la fuerza que engrandeciera la tierra.

Cuentan entonces que el tiempo andaba en los primeros meses del calendario de la humanidad y que el Yacoñooy salió a ver nuevas tierras para hacerlas crecer con el trabajo y la palabra. Las encontró y vio que el sol aparecía como único y poderoso dueño de todo lo que a su luz se alumbraba. En ese entonces el sol mataba la vida de lo diferente y sólo aceptaba las cosas que le fueron espejo, y tributo le rindieran a su grande grandeza.

Y cuentan que, viendo esto, Yacoñooy desafió al sol diciéndole: "Tú, que con tu fuerza dominas estas tierras, yo te desafío para ver quién es más grande y puede dar así grandeza a estos suelos".

Rió el sol, confiado en su poder y fortaleza, e ignoró al pequeño ser que, desde el suelo, lo retaba. Yacoñooy volvió a desafiarlo y así dijo: "No me espanta la fuerza de tu luz, tengo por arma el tiempo que en mi corazón madura", y tensó su arco, apuntando la flecha al centro mismo del soberbio sol.

Rió de nuevo el sol y apretó entonces el meridiano cinturón de fuego de su calor en torno al rebelde, para así más empequeñecer al pequeño.
Pero el Yacoñooy se protegió con su escudo y ahí resistió mientras el mediodía cedía su lugar a la tarde.

Impotente veía el sol cómo su fuerza disminuía al paso del tiempo, y el pequeño rebelde seguía ahí, protegido y resistiendo bajo su escudo, esperando el tiempo del arco y la flecha.
Viendo que el sol se debilitaba con el avance del tiempo hecho atardecer, el Yacoñooy salió de su refugio y, empuñando el arco, hirió hasta siete veces al grande sol. Con el crepúsculo, el cielo entero se fue tiñendo de rojo y el sol al fin cayó, herido mortalmente, en el suelo de la noche.

Yacoñooy esperó un tiempo, y viendo que la noche impedía al sol seguir el combate, así dijo: "He vencido. Con mi escudo resistí tu ataque. Hice del tiempo y tu soberbia mis aliados. Guardé mi fuerza para el momento necesario. He vencido. Ahora la tierra tendrá la grandeza que el corazón de los míos le siembre en su seno".

Y cuentan que al otro día el sol volvió, recuperado, a intentar reconquistar la tierra. Pero ya era demasiado tarde. La gente de Yacoñooy ya cosechaba lo sembrado en la noche.

Fue así, por ser vencedores en el cielo, que el Yacoñooy es llamado "El Flechador del Sol", y los mixtecos fueron nombrados habitantes de las nubes.


Desde entonces, los mixtecos pintan en jícaras y tecomates la victoria de Yacoñooy. No para vanagloriarse de la victoria, sino para recordar que la grandeza se lleva en el corazón y que la resistencia es también una forma de combate.

martes, 12 de abril de 2011

DE LA REFLEXIÓN CRÍTICA, INDIVIDU@S Y COLECTIV@S. Carta Segunda a Luis Villoro en el Intercambio Espistolar sobre Ética y Política.

DE LA REFLEXIÓN CRÍTICA, INDIVIDU@S Y COLECTIV@S. (Carta Segunda a Luis Villoro en el Intercambio Epistolar sobre Ética y Política) Abril del 2011. “Si en el cielo hay unanimidad, apartadme un lugar en el infierno” (SupMarcos. Instrucciones para mi muerte II)


I.- LA PROSA DE LA CALAVERA. Don Luis: Salud y saludos maestro. Esperamos de veras que se encuentre mejor de salud y que la palabra sea como esos remedios caseros que alivian aunque nadie sabe cómo. Cuando inicio estas líneas, el dolor y la rabia de Javier Sicilia (lejano a la distancia pero cercano en ideales desde antaño) se hacen eco que reverbera en nuestras montañas. Es de esperar y de esperanza que su legendaria tenacidad, así como ahora convoca nuestra palabra y acción, alcance a agrupar las rabias y dolores que se multiplican en suelos mexicanos. De Don Javier Sicilia recordamos sus críticas irreductibles pero fraternas al sistema de educación autónoma en las comunidades indígenas zapatistas y su terquedad al recordar periódicamente, al finalizar su columna semanal en la revista mexicana PROCESO, el pendiente del cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés. La tragedia colectiva de una guerra insensata, concretada en la tragedia particular que lo hirió, ha colocado a Don Javier en una situación difícil y delicada. Muchos son los dolores que esperan encontrar eco y volumen en sus reclamos de justicia, y no son pocas las inquietudes que esperan que su voz acuerpe, que no dirija, las ignoradas voces de indignación. Y también ocurre que en torno a su figura agigantada por el digno dolor, acechen los buitres carroñeros de la política de arriba, para quienes una muerte vale sólo si suma o resta en sus proyectos individuales y de grupúsculos, aunque se escondan detrás de una representatividad. ¿Un nuevo asesinato se hace visible? Pues entonces hay que ver cómo afecta eso la pueril contabilidad electoral. Para allá arriba importan las muertes si pueden incidir en la agenda electoral. Si no se pueden capitalizar en encuestas y tendencias de preferencia electoral, entonces vuelven a la lúgubre cuenta donde las muertes ya no importan, aunque sean decenas de miles, porque vuelven a ser un asunto individual. Ignoro, al momento de escribirle estas palabras, los pasos que sigue ese dolor que convoca. Pero su reclamo de justicia, y todos los que en él se sintetizan, merecen nuestro respeto y apoyo, aún con nuestro pequeño ser y nuestras grandes limitaciones. En el ir y venir de las noticias sobre ese suceso, se recuerda que Don Javier Sicilia es poeta. Tal vez por eso su persistente dignidad. En su muy particular estilo de ver y explicar el mundo, el Viejo Antonio, ese indígena que fue maestro y guía de todos nosotros, decía que había personas que eran capaces de ver realidades que aún no existían y que, como no existían tampoco las palabras para describir esas realidades, entonces tenían que trabajar con las palabras ya existentes y acomodarlas de un modo extraño, en parte canto y en parte profecía. El Viejo Antonio hablaba de la poesía y de quienes la hacen. (yo agregaría a quienes la traducen, porque l@s traductor@s de la poesía que habla lenguas lejanas también deben ser un mucho hacedor@s de poesía). Los poetas, las poetisas, ¿ven más lejos o ven de otro modo? No lo sé, pero buscando algo que, dicho en el pasado, hablara del presente que nos duele y del futuro incierto, encontré este escrito de José Emilio Pacheco que me mandó hace tiempo un mi hermano mayor y que viene al pelo para que nadie entienda: Prosa de la Calavera. Como Ulises me llamo Nadie. Como el demonio de los Evangelios mi nombre es Legión. Soy tú porque eres yo. O serás porque fui. Tú y yo. Nosotros dos. Vosotros, los otros, los innumerables ustedes que se resuelven en mí. (…) Después fui, al punto de convertirme en lugar común, símbolo de la sabiduría. Porque lo más sabio es también lo más obvio. Como nadie quiere verlo de frente nunca estará de sobra repetirlo: No somos ciudadanos de este mundo sino pasajeros en tránsito por la tierra prodigiosa e intolerable. Si la carne es hierba y nace para ser cortada, soy a tu cuerpo lo que el árbol a la pradera: no invulnerable, tampoco perdurable, sí material más empecinado o resistente. Cuando tú y todos los nacidos en el hueco del tiempo que te fue dado en préstamo acaben de representar su papel en este drama, esta farsa, esta trágica y bufa comedia, yo permaneceré por largos años: descarnada desencarnada. Serena mueca, secreto rostro que te niegas a ver (arráncate la máscara: en mí hallarás tu verdadera cara), aunque lo sabes íntimo y tuyo y siempre va contigo. Y lleva adentro, en fugaces células que a cada instante mueren por millones, todo lo que eres: tu pensamiento, tu memoria, tus palabras, tus ambiciones, tus deseos, tus miedos, tus miradas que a golpes de luz erigen la apariencia del mundo, tu alejamiento o entendimiento de lo que realmente llamamos realidad. Lo que te eleva por encima de tus olvidados semejantes, los animales, y lo que te sitúa por debajo de ellos: la señal de Caín, el odio a tu especie, tu capacidad bicéfala de hacer y destruir, hormiga y carcoma. (…) Porque voy con ustedes a todas partes. Siempre con él, con ella, contigo, esperando sin protestar, esperando. De los ejércitos de mis semejantes se ha forjado la historia. De la pulverización de mis añicos está amasada la tierra. (…) Así, quién lo diría, yo -máscara de la muerte- soy la más profunda entre tus señales de vida, tu huella final, tu última ofrenda de basura al planeta que ya no cabe en sí mismo de tantos muertos. Si bien sólo perduraré por breve tiempo, de todos modos muy superior al que te concedieron. (…) Toda belleza y toda inteligencia descansan en mí, y me repudias. Me ves como señal del miedo a los muertos que se resisten a estar muertos, o a la muerte llana y simple: tu muerte. Porque sólo puedo salir a flote con tu naufragio. Sólo cuando has tocado fondo aparezco. Pero a cierta edad me insinúo en los surcos que me dibujan, en los cabellos que comparten mi gastada blancura. Yo, tu verdadera cara, tu apariencia última, tu rostro final que te hace Nadie y te vuelve Legión, hoy te ofrezco un espejo y te digo: Contémplate. (José Emilio Pacheco, “Prosa de la calavera”, en “Fin de siglo y otros poemas”, México, Fondo de Cultura Económica / Secretaría de Educación Pública, Lecturas Mexicanas No. 44, 1984, pp. 114-117) II.- LA PERTINENCIA DE LA REFLEXIÓN CRÍTICA. “Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad” Bertold Brecht. La guerra de arriba sigue, y su paso de destrucción pretende también que todos empecemos a aceptar ese horror cotidiano como si fuera algo natural, algo imposible de cambiar. Como si la confusión reinante fuera premeditada y pretendiera democratizar una resignación que inmoviliza, que conforma, que derrota, que rinde. En tiempos en que se organiza la confusión y se ejerce conscientemente la arbitrariedad, es preciso hacer algo. Y un algo es tratar de desorganizar esa confusión con la reflexión crítica. Como podrá ver en las misivas que le adjunto, Don Luis, se han sumado a este intercambio de reflexiones sobre la Ética y la Política, Carlos Antonio Aguirre Rojas, Raúl Zibechi, Sergio Rodríguez Lascano y Gustavo Esteva. Esperamos que más pensamientos se vayan agregando a este espacio. Quisiera tocar en esta segunda carta nuestra, algunos de los puntos que toca usted en su respuesta y que, directa o indirectamente, también señalan nuestros corresponsales que lanzan sus ideas desde la Ciudad de México, Oaxaca y el Uruguay. Todos abordan, con sus particularidades, es decir, en su calendario y su geografía propios, este asunto de la reflexión crítica. Estoy seguro que ninguno de nosotros (usted, ellos, nosotros) pretendemos que se establezcan verdades inamovibles. Nuestro propósito es arrojar piedras, bueno, ideas, al estanque aparentemente tranquilo del quehacer teórico actual. El símil que uso de la piedra va más allá de la retórica de una superficie momentáneamente agitada por la piedra. Se trata de llegar al fondo. De no conformarse con lo evidente, sino atravesar con irreverencia el estanco estanque de las ideas y llegar al fondo, abajo. En la época actual la reflexión crítica está aparentemente estancada. Y digo aparentemente si es que uno se atiene a lo que en los medios impresos y electrónicos se presenta como reflexión teórica. Y no se trata sólo de que lo urgente haya desplazado a lo importante, en este caso, los tiempos electorales a la destrucción del tejido social. Se dice, por ejemplo, que el año que nos preocupa, el 2011, es un año electoral. Bueno, también lo fueron todos los años anteriores. Es más, la única fecha que no es electoral en el calendario de arriba es… el día de las elecciones. Pero ya se ve que la inmediatez difícilmente puede diferenciar lo que pasó ayer de lo que pasó hace 17 años. Salvo las “molestas” interrupciones de catástrofes naturales y humanas (porque los crímenes cotidianos de esta guerra son una catástrofe), los teóricos de arriba, o los pensadores de lo inmediato, vuelven una y otra vez sobre el tema electoral… o hacen malabarismos para ligar cualquier cosa al tema electoral. La teoría chatarra, como la comida ídem, no nutre, sólo entretiene. Y de eso parece tratarse si nos atenemos a lo que aparece en la gran mayoría de los diarios y revistas, así como en los paneles de “especialistas” de los medios electrónicos de nuestro país. Cuando estos expendedores de teoría chatarra miran hacia otras partes del Mundo y deducen que las movilizaciones que derrocan gobiernos son productos de celulares y redes sociales, y no de organización, capacidad de movilización y poder de convocatoria, expresan, a más de una ignorancia supina, el deseo inconfeso de conseguir, sin esfuerzo, su lugar en “LA HISTORIA”. “Twittea y ganarás los cielos” es su moderno credo. Y, al igual que los “productos milagro”, estos exaltadores del Alzheimer teórico y político, promueven soluciones fáciles para el caos social actual. A nadie se le ocurre que, tal y como lo presenta la publicidad, si usa tal loción para caballero o tal perfume para dama se verá instantáneamente en Francia, al pie de la Torre Eiffel, o en los bares del Londres de arriba. Pero, al igual que los productos milagros que prometen bajar de peso sin hacer ejercicio y atascándose de comida, y hay personas que lo creen, también hay quien cree que se puede tener libertad, justicia y democracia con sólo tachar una boleta a favor de la permanencia del Partido Acción Nacional, del arribo del Partido de la Revolución Democrática o del regreso del Partido Revolucionario Institucional. Cuando esta gente sentencia que sólo hay una opción, la vía electoral o la vía armada, no sólo demuestra su falta de imaginación y de conocimiento de la historia nacional y mundial. También, y sobre todo, vuelve a tejer la trampa que sirvió de argumento para la intolerancia y la exigencia de una unanimidad fascista y retrógrada para uno u otro lado del espectro político. “Brillante” análisis éste que se plantea la urgencia de definiciones… frente a las opciones que imponen los de arriba. Pero de las falsas opciones alerta muy bien Gustavo Esteva en su texto, y creo que da para un tema especial de este intercambio a la distancia. En lugar de tratar de imponer sus endebles axiomas, podrían optar por debatir, por argumentar, por tratar de convencer. Pero no. Se trató y se trata de imponer. Creo sinceramente que no les interesa debatir en serio. Y no sólo porque no tienen argumentos de peso (hasta ahora todo es un listado de buenas intenciones e ingenuidades que rayan en lo patético, donde el Partido Acción Nacional demuestra que el “modo Fox” no es un caso aislado sino toda una escuela de dirigentes en ese partido, donde el Partido Revolucionario Institucional predica el autismo frente a la historia propia, donde el vario pinto de la autodenominada izquierda institucional pretende convencer con consignas a falta de argumentos), sino porque no se trata de cambiar nada de fondo. Es hasta cómico ver cómo se hacen malabares para encantar a las masas (sí, las desprecian pero las necesitan) y al mismo tiempo cortejar sin rubor al poder económico. De lo que se trata, para ellos, es precisamente de maniobrar en el estrecho margen de los escombros del Estado Nacional en México para tratar de exorcizar una crisis que, cuando reviente, habrá de barrer también con ellos, es decir, con la clase política en su conjunto. En suma: para ellos es una cuestión de supervivencia individual. La vocación de soplones, delatores y gendarmes le sienta bien a esta chatarra teórica que alentó la histeria intelectual y artística, primero en contra del movimiento estudiantil de 1999-2000 y su Consejo General de Huelga, y después contra todo lo que no aceptara las directivas de esta gavilla de policías del pensamiento y la acción. Se trata de establecer una diferenciación que es más bien un exorcismo: están ellos, los bien portados, es decir, los civilizados, y están los otros, los bárbaros. En su endeble tinglado teórico están, por un lado (y arriba), l@s individu@s brillantes, sapientes, mesurados, prudentes; y por el otro lado (y abajo) está la masa oscura, ignorante, arrebatada y provocadora. Del lado de allá: los prudentes y maduros usurpadores de la representatividad de las mayorías. Del lado de acá: las minorías violentas representándose sólo a ellas mismas. -*- Pero supongamos que les interesa debatir y convencer. Discutamos, por ejemplo, las reales consecuencia del proyecto transexenal de Acción Nacional de cambiar una conocida estrofa del Himno Nacional mexicano y en su lugar poner “Piensa, ¡Oh Patria Querida!, que el cielo una víctima colateral en cada hijo te dio” y frente al cual ninguno de los otros partidos ha planteado una alternativa puntual y firme. O las supuestas bondades del regreso del Revolucionario Institucional y el consecuente refrendo de toda una cultura de corrupción y crimen que empapó al conjunto de la clase política de México. O las posibilidades reales del proyecto de dar marcha atrás a la rueda de la historia y volver al Estado Benefactor que es la propuesta de la aún endeble coalición de oposición. Todos, además de detestar la reflexión teórica (claro, la que no sea una púber autocomplacencia), se plantean un imposible: mantener, rescatar o regenerar los escombros de un Estado Nacional que dio a luz y acuerpó al sistema de partidos de Estado. Ése que encontró en el Partido Revolucionario Institucional su mejor espejo y frente al cual toda la clase política de arriba hoy se esmera en acicalarse. ¿O no se han dado cuenta de hasta qué punto están destruidas las bases de ese Estado? ¿Cómo mantener, rescatar o renovar un cadáver? Y aún así, hace tiempo que la clase política y analistas que la acompañan se esmeran en vano en embalsamar las ruinas. Pero se entiende, la ignorancia no es condenable. Claro, a menos que se vista de sabiduría. No es posible, decimos nosotros, plantearse cualquier tipo de solución al desastre del Estado Nacional sin tocar al sistema responsable de esa ruina y de la pesadilla que puebla todo el país. Hay soluciones, decimos nosotros, pero sólo pueden nacer de abajo, de una propuesta radical que no espera a un consejo de sabios para legitimarse, sino que ya se vive, es decir, se lucha en varios rincones de nuestro país. Y que es, por tanto, no una propuesta unánime en su forma, en su modo, en su calendario, en su geografía. Es decir, es plural, incluyente, participativa. Nada que ver con las unanimidades que pretenden ser impuestas por azules, amarillos, rojos, verdes, rosas, y comparsas que los acompañan. Pero nosotros reconocemos que podemos estar equivocados. Que puede ser, es un supositorio, que la destrucción perpetrada aún deje un margen de maniobra para rehacer desde arriba el tejido social. Pero en lugar de alentar un debate serio y profundo, se nos pide que volvamos a callar y, otra vez, se nos impele de nuevo a apoyar a nuestros perseguidores, a quienes, por ejemplo, dan cobijo con sus palabras o su silencio a personas como Juan José Sabines Guerrero, quien desde el gobierno de Chiapas persigue y reprime a los que no se unen al falso coro de loas a sus mentiras hechas gobierno, a quien persigue a los defensores de los derechos humanos en la Costa y Altos de Chiapas y a los indígenas de San Sebastián Bachajón que se niegan a prostituir su tierra, a quien alienta la acción de grupos paramilitares en contra de las comunidades indígenas zapatistas. Porque quienes realmente conocen lo que se está haciendo y deshaciendo en Chiapas y no temen, han renombrado el lema de Sabines y ahora lo llaman “Deshechos, no palabras”. Sabines Guerrero es lo que mejor representa a la putrefacta clase política mexicana: tiene el apoyo del PAN, del PRI, del PRD y del movimiento de AMLO; es generoso con los medios para que digan lo que conviene y callen lo que no le conviene; mantiene una apariencia que a nadie le parece importar que sea eso, una apariencia presta a hacerse añicos en cualquier momento; y gobierna como si del aplicado capataz de una hacienda porfirista se tratara. Y todavía se nos exige “hacerle aportes críticos constructivos” a un movimiento dirigido y conducido para repetir la misma historia, con otros nombres, de opresión. ¿Cuándo van a entender que existen individuos, grupos, colectivos, organizaciones, movimientos, a quienes no nos interesa cambiar lo que está arriba ni renovar (es decir, reciclar) una clase política que no es más que un parásito? Nosotros no queremos cambiar de tiranos, de dueños, de amos o de salvadores supremos, sino no tener ninguno. Pero en fin, si algo hay que agradecer a lo ocurrido allá arriba, es que ha develado una vez más la pobreza teórica y la evidente debilidad estratégica de quienes se proponían y proponen mantener, relevar o reciclar a los de arriba para exorcizar la rebelión de los de abajo. Creo sinceramente que una reflexión crítica profunda debiera tratar de apartar la mirada del hipnótico carrusel de la clase política y ver otras realidades. ¿Qué tienen qué perder? En todo caso, tendrán más argumentos para autoerigirse en “la única alternativa posible”. Después de todo, l@s otr@s son taaan pequeñ@s y (¡uff!) taaan radicales. Aunque tal vez alcancen a ver… Que el heroico esfuerzo de colectivos anarquistas y libertarios por sustraerse de la lógica del mercado capitalista es efecto y causa de un pensamiento radical. Y que el futuro tiene su apuesta principal en los pensamientos radicales. Así que bien harían en ver con respeto ese variopinto modo de tener identidad propia: los piercings, tatuajes, estoperoles, las greñas multicolores y demás parafernalia que tanto les repulsa. O la lucha de organizaciones sociales de izquierda independiente, que optan por organizar choferes, mini-micro-nano comerciantes y colonas (lo que sea de cada quien, las hembras también ahí son mayoría), en lugar de organizar automovilistas, cámaras de comercio y asociaciones vecinales VIP, y que pueden dar cuenta de cambios importantes en sus condiciones de vida. Y no por la vía del asistencialismo electoral disfrazado de gestoría, sino por la organización del colectivo con proyectos inmediatos, mediatos y de largo plazo. Por algo es que se mantienen independientes y así resisten. O la legendaria resistencia de los pueblos originarios. Si alguien sabe de dolor y lucha, son ellos. O la digna rabia de las madres y padres de asesinad@s, desaparecid@s, pres@s. Porque bien harían en recordar que en este país no pasa nada… hasta que las mujeres deciden que pase. O la indignación cotidiana de obrer@s, emplead@s, campesin@s, indígenas, joven@s frente al cinismo de los políticos sin distinción de color. O la empecinada lucha de l@s trabajador@s del Sindicato Mexicano de Electricistas a pesar de, ellos sí, tener en contra una gigantesca campaña mediática, represión, cárcel y amenazas y hostigamientos. O la persistente lucha por la libertad a l@s pres@s polític@s y la presentación con vida de los desaparecidos. ¿O no? ¿La democracia que quieren ellos no es sino una amnesia administrada a conveniencia? ¿Se escoge qué ver y así se elige qué olvidar? III.- ¿EL INDIVIDUO CONTRA EL COLECTIVO? En su misiva, Don Luis, toca usted el tema del individuo y del colectivo. Una añeja discusión de arriba los contrapone y ha usado eso para hacer la apología de un sistema, el capitalista, frente a las alternativas que surgen frente a él como resistencia. El colectivo, se nos dice, borra la individualidad, la subyuga. Y entonces, en un salto teórico ramplón, se pasa a cantar alabanzas al sistema donde, se repite, cualquier individuo puede llegar a ser lo que sea, bueno o malo, porque existe la garantía de libertad. Se me ocurre que esto de la “libertad” es algo sobre lo que habría que bordar más a fondo, pero tal vez sea en otra ocasión, por ahora volvamos al individuo… o individua, según el caso o cosa. El sistema canta loas al individuo de arriba o al de abajo. Al de arriba porque el resaltar su individualidad buena o mala, eficiente o deficiente, brillante u oscura, escamotea la responsabilidad de una forma de organización de la sociedad. Así tenemos que hay individuos gobernantes malos… o más malos (perdón, no encontré ninguno que me permitiera poner “o buenos”), individuos de poder económico ídem, etcétera. Si el individuo de arriba es perverso, torpe, cruel y terco (lo sé, parece que estoy dando la media filiación de Felipe Calderón Hinojosa), entonces lo que se tiene que hacer es quitar a ese individuo malo y poner en su lugar a un individuo bueno. Y si no hay individuos buenos, pues entonces al menos malo (lo sé, parece que estoy repitiendo una consigna electoral de hace 5 años y pronta a reciclarse). El sistema, es decir, la forma de organización social, queda intacto. O sujeto a las variaciones permisibles. Es decir, se pueden hacer algunos cambios, pero sin que cambie lo fundamental, a saber: hay unos pocos que están arriba, unos muchos que están abajo, y los que están arriba lo están a costa de los que están abajo. Y al individuo de abajo se le aplaude y se le admira porque la rebeldía individual no es capaz de poner en serio peligro el funcionamiento de esa forma de organización social. O se le ridiculiza y ataca porque el individuo es vulnerable. Permítaseme entonces una arbitrariedad retórica: digamos que los anhelos fundamentales de todo ser humano son: vida, libertad, verdad. Y que tal vez se puede hablar de una graduación: mejor vida, más libertad, mayor conocimiento. ¿Es posible que el individuo pueda alcanzar a plenitud estas aspiraciones y sus respectivas gradaciones en un colectivo? Nosotros creemos que sí. En todo caso, estamos seguros de que no puede alcanzarlas sin el colectivo. “¿En dónde, con quién, contra qué?”. Éstas, decimos nosotros, son las preguntas cuya respuesta define el lugar del individuo y del colectivo en una sociedad, en un calendario y una geografía precisos. Y no sólo. También definen la pertinencia de la reflexión crítica. Antes dije que estas reflexiones colectivas no pretenden alcanzar la verdad general, pero sí tratan de alejarse de la mentira unánime que desde arriba se nos trata de imponer. -*- Y sólo unas palabras sobre esfuerzos que ahora parecen de individuos solitarios. A quienes critican las distintas iniciativas que, aún dispersas, surgen del dolor social, habría que recordarles que, al juzgar y condenar a quien hace algo, están absolviendo a quien nada hace. Porque acabar con la arbitrariedad, desorganizar la confusión, parar la guerra, son tareas colectivas. IV.- LO QUE VA A PASAR. El mundo como ahora lo conocemos será destruido. Desconcertados y maltrechos, nada podrán responder a sus cercanos cuando les pregunten “¿Por qué?” Primero serán movilizaciones espontáneas, violentas y fugaces. Luego un reflujo que les permitirá respirar tranquilos (“¡uf! ya pasó, mi buen”). Pero después vendrán nuevos levantamientos, pero organizados porque participarán colectivos con identidad. Entonces verán que los puentes que destruyeron, creyendo que habían sido erigidos para ayudar a los bárbaros, no sólo serán imposibles de reconstruir, también se darán cuenta de que esos puentes eran para ser ayudados. Y dirán ell@s que vendrá una época de oscurantismo, pero no será sino simple rencor porque la luz que pretendían detentar y administrar no servirá absolutamente para nada a esos colectivos que se hicieron de su propia luz, y con ella y en ella andan y andarán. El mundo ya no será el mismo mundo. Ni siquiera será mejor. Pero se habrá dado una nueva oportunidad de ser el lugar donde la paz sea posible de construir con trabajo y dignidad, y no un continuo ir contra corriente en medio de una pesadilla sin fin. Entonces, puesto que poesía, en una pinta sobre un muro derruido se leerán estas palabras de Bertold Brecht: Vosotros, que surgiréis del marasmo en el que nosotros nos hemos hundido, cuando habléis de vuestras debilidades, pensad también en los tiempos sombríos de los que os habéis escapado. Cambiábamos de país como de zapatos a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella. Y sin embargo, sabíamos que también el odio contra la bajeza desfigura la cara. También la ira contra la injusticia pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros, que queríamos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables. Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre, pensad en nosotros con indulgencia. Vale Don Luis. Salud y que la inmovilidad no triunfe de nuevo. Desde las montañas del Sureste Mexicano. Subcomandante Insurgente Marcos. México, Abril del 2011. P.D.- Ya para terminar esta misiva, otra vez la muerte llegó con su imprevisto paso a un camino compañero. Felipe Toussaint Loera, un cristiano de esos que creen en la necesidad de la justicia terrenal, se fue una tarde de este caluroso abril. De Felipe y de otr@s como él son de quienes hablábamos en textos recientes. Él fue y es parte de esa generación de hombres y mujeres que han estado del lado de los indígenas cuando no estaban aún de moda y también cuando dejaron de estarlo. Lo recuerdo en una de las reuniones preparatorias de La Otra Campaña, en el 2005, ratificando su empeño en inscribir su historia individual en la historia de un colectivo renaciendo una y otra vez. Saludemos su vida, porque en ella, a las preguntas “¿dónde?, ¿con quién?, ¿contra qué?” Felipe se respondió: “abajo, con los indígenas que luchan, contra el sistema que los explota, los despoja, los reprime y los desprecia”. Todas las muertes de abajo duelen, pero hay unas que duelen más cerca. La de Felipe es como si algo muy nuestro nos faltara.

lunes, 11 de abril de 2011

Movimiento por la paz, ¿con quiénes?

Hoy que Javier Sicilia llama a un Movimiento Nacional por la Paz, y que Pablo González Casanova y Luis Villoro le contestan que “esta nueva organización que está surgiendo ya, puede inspirarse en el movimiento zapatista que, a pesar del silencio de los medios y a pesar de la constante violencia dirigida contra ellos sigue construyendo una sociedad más justa con características nacionales y universales”, es hora de que comencemos a discutir cómo podemos parar la guerra y construir la paz. Todos los elementos de los que podamos echar mano serán necesarios. Hay un primer elemento que parece ir generando consenso: “urge un verdadero movimiento de los pueblos, colectivos y ciudadanos que logre unirse en una gran organización capaz de encauzar todas las protestas y emprender la reconstrucción nacional con completa independencia de todos los partidos políticos.” Un primer paso es descolonizar las mentes del dogma de que solamente un partido político es el “sujeto” social que puede encabezar un cambio. Dogma compartido por los conservadores (los liberales, hoy llamados neoliberales) y por los “liberales” de hoy (leninistas, más bien estalinistas, y nacionalistas- “revolucionarios”, todos ellos estatistas). Los partidos políticos hoy son los representantes de las diferentes facciones de la élite que despoja, desprecia, explota y reprime a las mayorías. Convertidos en correas de transmisión de los proyectos del grupo de Slim o del que se le opone, liderado por Televisa y TV Azteca, se mueven en los estrechos márgenes de lo que ellos llaman “opinión pública” o “corrientes de opinión”, los ecos de la voz del amo con variantes de un mismo modelo colonizador, modernizador, desarrollista, basado, como decíamos ayer, en el despojo y la desposesión, y con la violencia de estado como herramienta para crear conflictos, desplazar poblaciones, arrebatar los recursos y administrarlos en el modelo radical de privatización a ultranza o en la versión suavizada de estatismo más privatizaciones parciales, modelos ambos que ya han padecido las comunidades y pueblos en el país entero. Lo primero es reconocer que los fenómenos de criminalidad no son un “cáncer” o una “degeneración” venida del exterior del modelo de desarrollo. Son simplemente el capitalismo sin bozal ni contrapesos, sin competidores ni moderadores. Así como la piratería y el contrabando fueron durante la Nueva España el adelanto del capitalismo modernizador que la Corona española pretendía infructuosamente mantener fuera de sus colonias americanas, el crimen es el capitalismo del siglo XXI. Por ello es una hipocresía negarse a hacer pactos que permitan detener la sangría de una guerra en la que los muertos en su mayor parte los pone la población civil, solamente en este sexenio entre 30 y 40 mil muertos, son un doloroso absurdo. Hay pactos de por medio en todo esto, solamente que hoy son pactos entre los señores de la guerra, el poder y el dinero. Entender que no es un proceso exógeno al modelo colonizador de la vida, del territorio, del país, sino que la violencia es la herramienta para desplazar población: asesinándola, desapareciéndola, haciéndola huir a otros lugares, en el extranjero o en el propio suelo, para despojarla del territorio y de todos los recursos. Entonces, la única resistencia real, es la de quienes se están negando a huir de sus territorios porque han resistido por siglos a guerras de exterminio en su contra: los pueblos indios, las comunidades rurales y campesinas, e incluso urbanas o suburbanas. Por eso la apelación de González Casanova y Villoro, como en algunos de sus artículos ha hecho antes Sicilia, a los zapatistas de Chiapas, o a Atenco, o la experiencia de Oaxaca con la APPO. En la medida en que se han mantenido fuera del control partidario (Oaxaca es el caso menos representativo, pero hay sectores en Oaxaca que mantienen esa postura magonista y zapatista, en el sentido amplio de zapatismo, no sólo del EZLN, en el cual lo hay en Morelos, Atenco, Estado de México y muchos otros lugares), son experiencias de la construcción de una fuerza social propia, autónoma, que la represión no ha logrado doblegar. Entendemos la posición de Javier Sicilia por un diálogo y por pactos –no en un lenguaje liberal solamente, sino en una postura que viene de la no-violencia–, pero sabemos que es la misma que han tenido los movimientos liberadores en México, desde los jaramillistas a los estudiantes de 68 y desde los zapatistas del EZLN a los huelguistas de la UNAM o Atenco y la APPO. La lección histórica es que todos esos movimientos han sido traicionados por el gobierno, que mientras finge dialogar, prepara la guerra y la muerte. Por eso la posición, sobre todo posterior a 2001, del EZLN es firme y clara: Dialogar con quienes sí han entendido que se trata de un proceso de liberación, con autonomía, con independencia, sin subordinación. Y no con quienes necesitan un capital político que negociar para encumbrar a nuevos actores de una élite política igualmente corrupta. En cierto sentido, uno muy profundo y que hay que discutir, la violencia del Estado hoy es la misma que siempre ha tenido (bajo el priato y el paniato) aunque ahora bajo mejores condiciones para ellos, porque no hay un bloque socialista ni de ningún tipo que dispute la hegemonía al capitalismo ni que cuestione el poder de Washington. Y el movimiento contra la guerra que podría surgir es la misma lucha que todo el siglo XX mantuvo un México de muy abajo por no ser destruido, arrancado de raíz de suelo donde se nutre: territorio, comunidad. Ese sentido tienen las luchas más importantes hoy, de Temacapulín a Bachajón, de Nueva York a Atenco, de Morelos a las Montañas de Sureste Mexicano. Desperdiciar esa experiencia y energía en un polvorín electorero sería como lucrar con la sangre para pedir que la clase política tenga nuevas caras de un mismo proyecto de modernización con despojo, explotación, desprecio y represión. Es la cara del sistema que aflora donde reprime, como ahora hace en San Sebastián Bachajón, Chiapas.

domingo, 10 de abril de 2011

Sabines: Modernización por desplazamiento y desposesión

Cuando en 2006 Juan Sabines Guerrero llegó al poder en Chiapas, festejado por quienes lo llevaron ahí: PRD- PT- Convergencia y López Obrador, mediante su periódico más leído La Jornada –mucho más leído que otro donde usurpan el nombre de los anarquistas hermanos Flores Magón–, la contrainsurgencia en Chiapas empezaba una nueva etapa: la cara “progresista”. La imagen de un gobernador impulsado por el “gobierno legítimo” de AMLO, con premios para Elena Poniatowska y visitas personales al set donde se filma la más reciente película de Luis Mandoki, financiada –entre otras empresas– por el gobierno de Sabines. A esa imagen corporativa, cuidadosamente creada mediante gacetillas en La Jornada –que en ocasiones han sido firmadas por reporteros como si fueran una noticia, para luego ser desmentidas por las Juntas de Buen Gobierno–, mediante anuncios turísticos en medios nacionales y hasta en las tarjetas Ladatel, en las que Carlos Slim pregona su idea de México, igual que Televisa lo hace en sus espacios, ¿cómo se le podría oponer la verdad? La izquierda electoral tiene que editar los hechos para seguir llamándose “izquierda”. Y dos de sus mejores ediciones –eufemismos por “censura”– de los hechos son Juan Sabines y Marcelo Ebrard –la mejor edición es AMLO, la más maquiavélica y lograda–: Dos gobiernos represores, que se dedican a desalojar a las poblaciones, comunidades, barrios, pueblos, para abrir paso a proyectos de transporte e infraestructura para empresas del capitalismo salvaje, ligadas a la misma élite empresarial que en sus diatribas López Obrador denomina “minoría rapaz”, las mismas que AMLO ayudó a aburguesar el Centro histórico de la ciudad de México, a quedarse con un atrio privado y un mall de lujo en la Villa de Guadalupe y las mismas que en Chiapas despojan a los indígenas de lo suyo: terrenos ejidales, tierra y territorio, montes, aguas, selvas, sitios sagrados, sitios arqueológicos. El actual gobernador es hijo del ex gobernador Juan Sabines Gutiérrez, cuya máxima hazaña de gobierno fue la masacre de Wolonchán, (“Nudo de serpientes”, municipio de Sitalá, el 30 de mayo de 1980), y a su vez hijo de Julio Sabines, oficial del ejército carrancista, lo cual simplemente confirma la prosapia de la familia revolucionaria, que sigue siendo la élite política del PRI, el PRD, el PT y Convergencia. Apenas llegado al gobierno de Chiapas, Sabines II reconoció al gobierno de Felipe Calderón, al igual que prácticamente todos los gobernadores del PRD, incluido Ebrard, quien no lo hizo público, pero lo ha reconocido todo el tiempo de hecho. Juan Sabines Guerrero está escribiendo su propia “leyenda”, apenas llegado al poder tuvo su propia masacre en Chincultik, el 3 de octubre en la comunidad Miguel Hidalgo, municipio de La Trinitaria, seis campesinos asesinados con el tiro de gracia, por policías federales y estatales. Desde entonces se vio que iban de la mano el gobierno guerrerista de Calderón y el de Sabines II. La masacre de Chincultik fue un viernes 3 de octubre en 2008. A Sabines le gustó un día 3, a Ebrard le gusta reprimir los 2 de octubre, no olvida sus raíces priistas. La Jornada editorializó: “El grado de brutalidad de los elementos de las fuerzas públicas llegó a extremos indecibles: durante el desalojo, según testigos, los policías “golpearon indiscriminadamente a niños, mujeres y personas de la tercera edad”, dieron el tiro de gracia a tres heridos de gravedad y asesinaron a un conductor que los trasladaba a un hospital en Comitán.” Y señaló la continuidad represiva de la familia Sabines –olvidó mencionar la defensa del represor Patrocinio Garrido hecha por el diputado federal priista Jaime Sabines, firma pública en desplegados–: “Adicionalmente, los sucesos que se comentan apuntan al resurgimiento, en Chiapas, de una inveterada tradición de violencia represiva contra las protestas indígenas y campesinas, ahora bajo el gobierno de Juan Sabines Guerrero. Es pertinente recordar que, si bien el actual mandatario arribó al poder en la entidad bajo el signo del Partido de la Revolución Democrática, su administración se ha caracterizado por reciclar algunos de los personajes más nefastos del viejo priísmo chiapaneco, así como por refrendar alianzas políticas impresentables, como la que mantiene con Roberto Albores Guillén, ex gobernador de la entidad y entusiasta promotor de las políticas de contrainsurgencia emprendidas durante el sexenio de Ernesto Zedillo.” Después de ello, La Jornada no ha desdeñado publicar las gacetillas autoelogiosas de Juan Sabines II, como no desdeñó su patrocinio para hacer cine Luis Mandoki, ni su premio Poniatowska. Esta falta de ética de intelectuales de izquierda ha sido usada muy hábilmente por Juan Sabines para darse cobertura de gobierno progresista. A La Jornada parece habérsele olvidado lo que escribió en su editorial del domingo 5 de octubre de 2008, después de la masacre de Chincultik: “lo ocurrido en Chiapas da cuenta de que, a pesar de la alternancia de siglas y colores al frente del poder en la entidad y en el país, prevalecen inercias vergonzosas e inaceptables en el ejercicio del poder público, que conducen a la comisión de prácticas de atropello y barbarie. La sociedad debe demandar que el crimen cometido este viernes en La Trinitaria no permanezca impune.” Hoy, en Chiapas, operan los paramilitares con total impunidad, como la OPDDIC y el “Ejército de Dios”, pero también el ejército, la policía federal y la estatal, que han desplazado por la fuerza comunidades de Montes Azules –bajo pretextos “ecológicos”– y han intentado desplazar a ejidatarios como los de Mitzitón, para pasar una carretera de Palenque a San Cristóbal, ya ha desplazado mediante un grupo de choque priista a los ejidatarios de San Sebastián Bachajón, el 2 de febrero de 2010, y después de que ellos retomaron pacíficamente la caseta de acceso a las cascada de Agua Azul, de nuevo, con disparos al aire y con piedras, policías federales desalojaron a los ejidatarios de Bachajón el sábado 9 de abril. En el primer desalojo, los priistas tomaron la caseta, que tienen ya acordado entregar al gobierno de Sabines. Hubo más de cien detenidos, de los cuales aún quedan 5 presos de conciencia en la cárcel de las Playas de Catazajá. Sin duda, Juan Sabines Guerrero ha heredado las cualidades de la familia Sabines: carrancistas, priistas, ahora lópezobradoristas y calderonistas al mismo tiempo. La Jornada se quedó corta en 2008, no es que “a pesar de la alternancia de siglas y colores al frente del poder en la entidad y en el país, prevalecen inercias vergonzosas e inaceptables”. Lo que ocurre es que las alternancias han sido falsas transiciones, ¿cuál alternancia podría haber si los candidatos que ganan por las alianzas de la “pura izquierda” son con los mismos oligarcas de siempre, que co gobiernan sin problemas con el PAN y el PRI, mientras hacen de mecenas de los intelectuales del lópezobradorismo? Más que de inercias, editorialistas de La Jornada, se trata de que tanto la derecha –PRI, PAN, Verde Ecologista, PFCRN– como la “izquierda” –PRD, PT, Convergencia– están de acuerdo en combatir a “un extraño enemigo”: los pueblos indios, que les estorban para vender o al menos rentar los recursos naturales de sus territorios. Eso no lo podrían reconocer los intelectuales del lópezobradorismo, porque sería reconocer que lo ilegítimo no es sólo un titular del poder ejecutivo, sino un proyecto de modernización capitalista basado en el despojo, la desposesión y el desplazamiento de población: lo mismo en Ciudad Juárez que en la Ciudad de México, lo mismo en Tlaltenco y Tepito que en Mitzitón, Montes Azules y Bachajón. Y en ese proceso de crear y administrar conflictos para desplazar pueblos y despojarlos, están todos: desde López Obrador, que impulsó la gentrificación en el Centro histórico del DF, hasta Calderón y Sabines que reprimen en Chiapas, y desplazan a los indígenas para hacer “inversión turística”. Reconocerlo, llevaría a todos los críticos del zapatismo por “automarginarse” de la “opción” electoral a reconocer que ellos, los electoreros, no se automarginaron ni fueron sectarios para sumarse a la contrainsurgencia, pues es el mismo proyecto de despojo compartido, la diferencia entre liberales y conservadores es de estilos, no de objetivos. Los panistas son tan torpes que generan masivo rechazo a su violencia, los priistas- perredistas son más hábiles, pasan de humo sus crímenes, quedan solamente para la historia, a menos que también esa la falsifiquen. No es casual que uno de los grupos que más están apoyando con protestas internacionales a Bachajón sea el Movimiento por Justicia del Barrio de Nueva York, migrantes que ya fueron desplazados de su país, México, y resisten exitosamente a nuevos desplazamientos –con procesos de gentrificación igualitos a los de AMLO y Ebrard, ¿será por la asesoría de Rudolph Giuliani, el ex alcalde de Nueva York y su “tolerancia cero”?–. Ellos, los migrantes de Nueva York, saben que así como republicanos y demócratas, allá, son dos caras del mismo poder represivo, los colores partidarios en México –PRI- PAN- PRD– son distintos personeros de los represores de Atenco y ahora de Bachajón.

sábado, 9 de abril de 2011

Votán Zapata

Desde la hora primera de esta larga noche en que morimos, dicen nuestros más lejanos abuelos, hubo quien recogió nuestro dolor y nuestro olvido. Hubo un hombre que, caminando su palabra desde lejos, a nuestra montaña llegó y habló con la lengua de los hombres y mujeres verdaderos. Era y no era de estas tierras su paso, en la boca de los muertos nuestros, en la voz de los sabedores ancianos, caminó su palabra de él hasta el corazón nuestro. Hubo y hay, hermanos, quien siendo y no siendo semilla de estos suelos a la montaña llegó, muriendo, para vivir de nuevo, hermanos, vivió muriendo el corazón de este paso propio y ajeno cuando casa hizo en la montaña de nocturno techo. Fue y es su nombre en las nombradas cosas. Se detiene y camina en nuestro dolor su palabra tierna. Es y no es en estas tierras: Votán Zapata, guardián y corazón del pueblo. Votán Zapata, luz que de lejos vino y aquí nació de nuestra tierra. Votán Zapata, nombrado nombre de nuevo siempre en nuestras gentes. Votán Zapata, tímido fuego que en nuestra muerte vivió 501 años. Votán Zapata, nombre que cambia, hombre sin rostro tierna luz que nos ampara. Vino viniendo Votán Zapata. Estaba la muerte siempre con nosotros. Muriendo moría la esperanza. Viniendo vino Votán Zapata. Nombre sin nombre, Votán Zapata miró en Miguel, caminó en José María, Vicente fue, se nombró en Benito, voló en pajarito, montó en Emiliano, gritó en Francisco, vistió a Pedro. Muriendo vivió, nombrado sin nombre, en nuestra tierra. Nombre sin nombre, estando vino Votán Zapata en nuestra tierra. Hablando calló su palabra en nuestra boca. Viniendo está. Votán Zapata, guardián y corazón del pueblo. Es y no es todo en nosotros... Caminando está... Votán Zapata, guardián y corazón del pueblo. Amo de la noche... Señor de la montaña... Nosotros... Votán, guardián y corazón del pueblo. Uno y muchos es. Ninguno y todos. Estando viene. Votán Zapata, guardián y corazón del pueblo. Ésta es la verdad, hermanos. Deben saberla, no morirá ya más en nuestra vida, en la muerte nuestra vive ya y para siempre. Votán, guardián y corazón del pueblo. Sin nombre se nombra, cara sin rostro, todos y ninguno, uno y muchos, vivo muerto. Votán, guardián y corazón del pueblo. Pájaro Tapacamino, siempre delante nuestro, tras de nosotros anda. Votán, guardián y corazón del pueblo. Tomó nombre en nuestro estar sin nombre, rostro tomó de los sin rostro, cielo en la montaña es. Votán, guardián y corazón del pueblo. Y nuestro camino innominable y sin rostro, nombre tomó en nosotros: Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Con este nombre nuevo son nombrados los sin nombre. Con esta bandera amordazando el rostro, de nuevo rostro tenemos todos nosotros. Con este nombre se nombra al innombrable: Votán Zapata, guardián y corazón del pueblo.

jueves, 7 de abril de 2011

Hacer milpa es anticapitalista

Hay que repetirlo: los mesoamericanos no sembramos maíz, los mesoamericanos hacemos milpa. Y son cosas distintas porque el maíz es una planta y la milpa un modo de vida. La milpa es matriz de la civilización mesoamericana. Si en verdad queremos preservar y fortalecer nuestra identidad profunda, no sólo agroecológica sino socioeconómica, cultural y civilizatoria, debemos pasar del paradigma maíz al paradigma milpa: un concepto complejo que incluye al maíz pero lo rebasa por la izquierda. Solo y su alma el maíz es monotonía mientras que la milpa es de por sí diversidad. En la milpa el maíz, el frijol, la calabaza, el chile, el chayote, el tomatillo, los quelites, los árboles frutales, el nopal, los magueyes y las vestezuelas del campo se hacen compañía. A diferencia de los uniformados maizales, las milpas son abigarrados policultivos. El maíz es uno la milpa es muchos; el maíz discursea la milpa dialoga; el maíz es ensimismado la milpa solidaria; el maíz es monocorde la milpa polifónica; el maíz es singular la milpa plural; los maizales son disciplinados cual desfiles militares las milpas jacarandosas y desfajadas como carnavales; el maíz se siembra la milpa se hace; el maíz es un cultivo la milpa somos todos. Los mesoamericanos no nos distinguimos de los europeos y estadounidenses en que para comer ellos siembran trigo y nosotros maíz, porque a fin de cuentas entre un maizal y un trigal no hay tanta diferencia. Lo que nos distingue de los pueblos de climas fríos y templados es que ahí se siembran granos y nosotros hacemos milpa; ellos producen su alimento en plantaciones homogéneas y nosotros –si nos dejan– lo cosechamos en barrocos jardines. FOTO: Joseph Sorrentino Hacer milpa es cultura. Pero es un hecho cultural que resulta de un condicionamiento natural. Los ecosistemas de climas fríos y templados son poco diversos y a la vez estables y resistentes a las perturbaciones pues su biota está impuesta a los cambios extremos de temperatura. En cambio los ecosistemas ecuatoriales son más diversos y sin embargo más frágiles pues su biota no tiene que lidiar con severas variaciones estacionales. Los ecosistemas sutiles de diversidad abigarrada en frágil equilibrio son nuestro sino, nuestra fatalidad natural. Hagamos de ellos patrimonio, virtud, ventaja, orgullo. No demos la espalda al nicho ecológico que nos es propio, no traicionemos nuestra condición equinoccial dejándonos llevar por los vertiginosos cultivos del Norte. No nos dejemos seducir por las rudas tecnologías que arrasan con nuestra biosfera, nuestros suelos, nuestros sistemas hídricos, nuestras culturas. “Francia es diversidad”, se ufanaba el historiador Fernand Braudel en Las civilizaciones actuales . Pero es que Braudel no conocía México: una región y un pueblo muchas veces más plural, más variopinto, más biodiverso que el galo. Y si los europeos abonan sus raíces identitarias cuantimás debemos hacerlo nosotros. Honremos nuestra diversidad de suelos, topografías, climas, paisajes y ecosistemas. Cultivemos nuestra riqueza cultural, lingüística, culinaria, espirituosa, musical, festiva, indumentaria… Hagamos de México, no un monótono maizal del noroeste, sino una milpa multicolor; un mosaico de aprovechamientos diversos pero entreverados y complementarios; un policromo mural de paisajes agroecológicos pero también de otros aprovechamientos, que el modelo milpero no vale sólo para la agricultura sino para la vida toda. Porque no está mal escuchar las “señales del mercado” –siempre que no nos atrapen como cantos de sirena– pero lo primero es atender las señales de la naturaleza. La fuerza de la milpa no está en la productividad del maíz o del frijol o de la calabaza o del chile o del tomatillo medidas por separado. Su virtud está en la sinérgica armonía del conjunto. Su eficacia no le viene de las partes sino de su entrevero, de su abigarrada simbiosis. Fuerza de lo diverso solidario que es recurso de primera necesidad en tiempos de cambio climático antropogénico. Años turbulentos en que lo único seguro es la incertidumbre. Y cuando la creciente incertidumbre medioambiental se asocia con la cada vez mayor incertidumbre económica, no hay mejor estrategia que atender a la sabiduría popular que recomienda no poner todos los huevos en una misma canasta y apostar a la diversidad entreverada. Un último argumento para hacer milpa es que la milpa es anticapitalista. Porque capitalismo es sinónimo de especialización y homogeneidad, es separación del campo y la ciudad, es desarrollo de la industria a costa de la agricultura. Sumiso al mercado y movido sólo por la ganancia, el gran dinero vive obsesionado por incrementar de la productividad mediante tecnologías estandarizadas y siempre en vertiginosa renovación. El campo en cambio es reducto de la diversidad natural-social siempre resistente al uniformador modelo de agricultura industrial. Es verdad que el monocultivo tuvo algún éxito en las grandes planicies templadas y fácilmente mecanizables, pero cuando irrumpe en las regiones equinocciales en las que la poca fluctuación climática propicia una gran diversidad ecosistémica, la especialización extrema resulta suicida y el único paradigma viable es el de la milpa. Los usos y costumbres del capitalismo marchan del frío al calor y a los pueblos equinocciales nos llegaron del norte. No es casual que en los climas templados donde la naturaleza aguanta más o resiente menos el trato rudo y las intervenciones desconsideradas, haya nacido y embarnecido el mercantilismo absoluto. Pero en el trópico el avasallante y emparejador modelo de agricultura industrial resulta literalmente contra natura. Nuestra vocación agroecológica son los aprovechamientos múltiples, biodiversos, tecnológicamente plurales y de manejo holista. Es nuestra vocación natural y socioeconómica la integración armónica del campo y la ciudad, la articulación virtuosa de agricultura e industria. Por temperamento y por cultura se nos da la policromía societaria, la solidaria pluralidad de talantes. En el trópico la gente es risueña, cantadora, fiestera, desfajada, libertaria, imaginativa, soñadora. Pero todo esto que somos por inclinación y por naturaleza es mal visto por un capitalismo mandón, rígido, disciplinado, racional que al sueño contrapone una vigilia perpetua. Entonces, hay que resistir al capitalismo que nos llegó del frío. Hay que pararlo antes de que sea tarde. Pero resistir no basta, hace falta también paradigmas de repuesto. Y en Mesoamérica el más inspirador, el más sugerente, el más poderoso, el más visionario paradigma alternativo es la milpa. Porque sin maíz no hay país, hagamos milpa. Y hacer milpa es mirar el campo –mirar el mundo– con otros ojos: con ojos de mujer. Asomarnos al agro adoptando el punto de vista de las mujeres es fijar los contornos de un universo que está ahí pero que desde otras perspectivas resulta invisible. Por ejemplo: las calamidades del campo a todos atosigan, pero nombrar la penuria rural con la voz de las campesinas es darle un contenido distinto y más filoso a las palabras. Porque adoptar un enfoque de género no es documentar la situación particular de las mujeres sino asumir que la realidad está cruzada por una injusta y asimétrica diferenciación sexual históricamente construida. Y ese profundo desgarramiento, que en el agro es aún más doloroso, sólo puede ser develado desde la perspectiva de las oprimidas. El “feminismo” es una filiación ideológica y política con la que se puede concordar o no. Pero el enfoque de género es insoslayable. Y el enfoque de género es feminista o mujerista por las mismas razones por las que el enfoque de clase exige ponerse en el lugar de los explotados: porque cuestionar la sociedad patriarcal y el sistema capitalista es tomar partido por sus víctimas, por las y los oprimidos. Toma de partido que es opción política pero también epistémica pues más allá de darle visibilidad a prácticas y espacios sociales poco atendidos si no es que soslayados, de lo que se trata de ejercitar un modo de ver el mundo distinto del hegemónico que corresponde a un modo distinto de estar en el mundo. Adoptar el género como atalaya y como trinchera no se agota en documentar lo invisibilizado, exige repensarlo todo: edificar una nueva sociología, una nueva economía y una nueva historia; demanda restaurar la unidad del trabajo productivo y el reproductivo; convoca a construir un nuevo tipo de organización social y gremial; supone rediseñar las relaciones laborales y las formas de convivencia. Dice bien Mercedes Olivera en El impacto de la crisis alimentaria en las mujeres rurales de bajos ingresos en México : “El género, por su transversalidad en todos los ámbitos de la realidad, es una categoría útil para analizar los efectos de la crisis alimentaria y global actual, proporcionándonos una visión amplia capaz de contemplar desde nuestra condición de mujeres, los múltiples factores, dimensiones y diversidades que son causa y consecuencia de este complejo proceso”. En Género e historia , Joan Wallach Scott, una de las mayores teóricas del feminismo, hace una crítica del empobrecimiento del término género. A veces pareciera que “género es tan sólo otra manera de referirse a las mujeres y a los hombres (Con frecuencia) los libros que supuestamente practican un “análisis de género” (…) no son más que estudios, bastante predecibles sobre las mujeres o sobre las diferencias de estatus, de experiencia, y de posibilidades que se ofrecen a las mujeres y los hombres (…) En nuestros días, el género es un término que ha perdido su filo crítico”. La propuesta de Joan es devolverle al concepto su carácter subversivo asumiéndolo como la estructura del “conocimiento que organiza nuestras percepciones”. Y creo que esto es lo que necesitamos hacer. Conversión intelectual y política trascendente porque otro mundo será posible si, y sólo si, lo soñamos y lo construimos desde la perspectiva de los oprimidos. Y el género es una de las formas más filosas de la opresión. Pero además ese enfoque es importante porque la utopía se construye desde la crítica al orden inicuo pero también desde el proyecto alternativo. Visión de futuro que por lo general se inspira en las formas generosas y solidarias de convivencia, en las utopías hechas a mano que a pesar de los pesares florecen en los intersticios del sistema. Y una de las experiencias altermundistas más inspiradoras es la de los campesinos y las campesinas. Tercos defensores de un mundo desgarrado y escarnecido donde sin embargo se mantiene viva la memoria, donde –en la medida en que los dejan– se preserva la naturaleza, donde la producción y la reproducción no son ámbitos tan separados (…) Núcleo civilizatorio duro de cuya preservación se han ocupado siempre las mujeres. Territoriales, multiactivas, duchas en el bricolaje y las estrategias holistas; preservadoras de la naturaleza, los saberes locales y la memoria las mujeres de la tierra abordan la producción económica desde la reproducción social privilegiando la calidad sobre la cantidad, el valor de uso sobre de cambio y la vida sobre la economía. Y es por eso que las mujeres rurales representan en mayor medida que los varones los recursos civilizatorios necesarios para salvar al campo. Arrinconada pero poderosa, persiste la economía moral del mujerío, un virtuoso modo de hacer cuyo paradigma no es la empresa sino la familia y la comunidad. Porque el campo profundo es femenino, el nuevo mundo –si lo hay– tendrá rostro de mujer. *Mitote (del náhuatl, mihtotía: danzar) alcaraza, bulla, escándalo, alboroto. Posdata Dicen que el campo se ha feminizado. ¡Falso! Una cosa es que en las comunidades rurales predominen las mujeres, los viejos y los niños, y otra muy distinta es que el campo tenga ya rostro de mujer. Lo primero es un saldo nefasto del agrocidio, lo segundo una tarea pendiente. Este agro desertado mayormente por una de sus dos mitades, este agro de familias desgarradas, este agro mocho no es –en modo alguno– un agro femenino. Hay que feminizar al campo, sí. Pero el campo tendrá rostro de mujer cuando se restauren las estrategias de sustentabilidad ambiental y seguridad alimentaria que en sus ámbitos ellas han seguido practicando; cuando se ponderen, armonicen y redistribuyan equitativamente el trabajo productivo y el reproductivo; cuando se recupere la memoria histórica restituyendo los saberes tradicionales que ellas han preservado; cuando los varones reconozcan que en la crisis del productivismo mercantilista y depredador se impone el regreso a las estrategias femeninas del buen vivir. El campo se feminizará cuando ni ellos ni ellas tengan que migrar a fuerzas, cuando las mujeres y los hombres de la tierra encuentren –si así lo quieren– un futuro promisorio en sus propias comunidades.

lunes, 4 de abril de 2011

Estamos hasta la madre (Carta abierta de Javier Sicilia a los políticos y a los criminales)


El brutal asesinato de mi hijo Juan Francisco, de Julio César Romero Jaime, de Luis Antonio Romero Jaime y de Gabriel Anejo Escalera, se suma a los de tantos otros muchachos y muchachas que han sido igualmente asesinados a lo largo y ancho del país a causa no sólo de la guerra desatada por el gobierno de Calderón contra el crimen organizado, sino del pudrimiento del corazón que se ha apoderado de la mal llamada clase política y de la clase criminal, que ha roto sus códigos de honor. No quiero, en esta carta, hablarles de las virtudes de mi hijo, que eran inmensas, ni de las de los otros muchachos que vi florecer a su lado, estudiando, jugando, amando, creciendo, para servir, como tantos otros muchachos, a este país que ustedes han desgarrado. Hablar de ello no serviría más que para conmover lo que ya de por sí conmueve el corazón de la ciudadanía hasta la indignación. No quiero tampoco hablar del dolor de mi familia y de la familia de cada uno de los muchachos destruidos. Para ese dolor no hay palabras –sólo la poesía puede acercarse un poco a él, y ustedes no saben de poesía–. Lo que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre porque es fruto de lo que no pertenece a la naturaleza –la muerte de un hijo es siempre antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada–, desde esas vidas mutiladas, repito, desde ese sufrimiento, desde la indignación que esas muertes han provocado, es simplemente que estamos hasta la madre. Estamos hasta la madre de ustedes, políticos –y cuando digo políticos no me refiero a ninguno en particular, sino a una buena parte de ustedes, incluyendo a quienes componen los partidos–, porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación, porque en medio de esta guerra mal planteada, mal hecha, mal dirigida, de esta guerra que ha puesto al país en estado de emergencia, han sido incapaces –a causa de sus mezquindades, de sus pugnas, de su miserable grilla, de su lucha por el poder– de crear los consensos que la nación necesita para encontrar la unidad sin la cual este país no tendrá salida; estamos hasta la madre, porque la corrupción de las instituciones judiciales genera la complicidad con el crimen y la impunidad para cometerlo; porque, en medio de esa corrupción que muestra el fracaso del Estado, cada ciudadano de este país ha sido reducido a lo que el filósofo Giorgio Agamben llamó, con palabra griega, zoe: la vida no protegida, la vida de un animal, de un ser que puede ser violentado, secuestrado, vejado y asesinado impunemente; estamos hasta la madre porque sólo tienen imaginación para la violencia, para las armas, para el insulto y, con ello, un profundo desprecio por la educación, la cultura y las oportunidades de trabajo honrado y bueno, que es lo que hace a las buenas naciones; estamos hasta la madre porque esa corta imaginación está permitiendo que nuestros muchachos, nuestros hijos, no sólo sean asesinados sino, después, criminalizados, vueltos falsamente culpables para satisfacer el ánimo de esa imaginación; estamos hasta la madre porque otra parte de nuestros muchachos, a causa de la ausencia de un buen plan de gobierno, no tienen oportunidades para educarse, para encontrar un trabajo digno y, arrojados a las periferias, son posibles reclutas para el crimen organizado y la violencia; estamos hasta la madre porque a causa de todo ello la ciudadanía ha perdido confianza en sus gobernantes, en sus policías, en su Ejército, y tiene miedo y dolor; estamos hasta la madre porque lo único que les importa, además de un poder impotente que sólo sirve para administrar la desgracia, es el dinero, el fomento de la competencia, de su pinche “competitividad” y del consumo desmesurado, que son otros nombres de la violencia. De ustedes, criminales, estamos hasta la madre, de su violencia, de su pérdida de honorabilidad, de su crueldad, de su sinsentido. Antiguamente ustedes tenían códigos de honor. No eran tan crueles en sus ajustes de cuentas y no tocaban ni a los ciudadanos ni a sus familias. Ahora ya no distinguen. Su violencia ya no puede ser nombrada porque ni siquiera, como el dolor y el sufrimiento que provocan, tiene un nombre y un sentido. Han perdido incluso la dignidad para matar. Se han vuelto cobardes como los miserables Sonderkommandos nazis que asesinaban sin ningún sentido de lo humano a niños, muchachos, muchachas, mujeres, hombres y ancianos, es decir, inocentes. Estamos hasta la madre porque su violencia se ha vuelto infrahumana, no animal –los animales no hacen lo que ustedes hacen–, sino subhumana, demoniaca, imbécil. Estamos hasta la madre porque en su afán de poder y de enriquecimiento humillan a nuestros hijos y los destrozan y producen miedo y espanto. Ustedes, “señores” políticos, y ustedes, “señores” criminales –lo entrecomillo porque ese epíteto se otorga sólo a la gente honorable–, están con sus omisiones, sus pleitos y sus actos envileciendo a la nación. La muerte de mi hijo Juan Francisco ha levantado la solidaridad y el grito de indignación –que mi familia y yo agradecemos desde el fondo de nuestros corazones– de la ciudadanía y de los medios. Esa indignación vuelve de nuevo a poner ante nuestros oídos esa acertadísima frase que Martí dirigió a los gobernantes: “Si no pueden, renuncien”. Al volverla a poner ante nuestros oídos –después de los miles de cadáveres anónimos y no anónimos que llevamos a nuestras espaldas, es decir, de tantos inocentes asesinados y envilecidos–, esa frase debe ir acompañada de grandes movilizaciones ciudadanas que los obliguen, en estos momentos de emergencia nacional, a unirse para crear una agenda que unifique a la nación y cree un estado de gobernabilidad real. Las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una marcha nacional el miércoles 6 de abril que saldrá a las 5:00 PM del monumento de la Paloma de la Paz para llegar hasta el Palacio de Gobierno, exigiendo justicia y paz. Si los ciudadanos no nos unimos a ella y la reproducimos constantemente en todas las ciudades, en todos los municipios o delegaciones del país, si no somos capaces de eso para obligarlos a ustedes, “señores” políticos, a gobernar con justicia y dignidad, y a ustedes, “señores” criminales, a retornar a sus códigos de honor y a limitar su salvajismo, la espiral de violencia que han generado nos llevará a un camino de horror sin retorno. Si ustedes, “señores” políticos, no gobiernan bien y no toman en serio que vivimos un estado de emergencia nacional que requiere su unidad, y ustedes, “señores” criminales, no limitan sus acciones, terminarán por triunfar y tener el poder, pero gobernarán o reinarán sobre un montón de osarios y de seres amedrentados y destruidos en su alma. Un sueño que ninguno de nosotros les envidia. No hay vida, escribía Albert Camus, sin persuasión y sin paz, y la historia del México de hoy sólo conoce la intimidación, el sufrimiento, la desconfianza y el temor de que un día otro hijo o hija de alguna otra familia sea envilecido y masacrado, sólo conoce que lo que ustedes nos piden es que la muerte, como ya está sucediendo hoy, se convierta en un asunto de estadística y de administración al que todos debemos acostumbrarnos. Porque no queremos eso, el próximo miércoles saldremos a la calle; porque no queremos un muchacho más, un hijo nuestro, asesinado, las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una unidad nacional ciudadana que debemos mantener viva para romper el miedo y el aislamiento que la incapacidad de ustedes, “señores” políticos, y la crueldad de ustedes, “señores” criminales, nos quieren meter en el cuerpo y en el alma. Recuerdo, en este sentido, unos versos de Bertolt Brecht cuando el horror del nazismo, es decir, el horror de la instalación del crimen en la vida cotidiana de una nación, se anunciaba: “Un día vinieron por los negros y no dije nada; otro día vinieron por los judíos y no dije nada; un día llegaron por mí (o por un hijo mío) y no tuve nada que decir”. Hoy, después de tantos crímenes soportados, cuando el cuerpo destrozado de mi hijo y de sus amigos ha hecho movilizarse de nuevo a la ciudadanía y a los medios, debemos hablar con nuestros cuerpos, con nuestro caminar, con nuestro grito de indignación para que los versos de Brecht no se hagan una realidad en nuestro país. Además opino que hay que devolverle la dignidad a esta nación.