La explotación de plata en la Sierra de Catorce comenzó en 1779 cuando llegaron los primeros gambusinos o buscadores de mineral para inaugurar la actividad minera, que abriría las puertas al desarrollo y crecimiento económico de la región. No obstante, éste crecimiento se fue relativizando por las guerras, los saqueos, la sobrexplotación de los recursos y a medida que los mismos procesos modernizadores dirigieron los beneficios de esta actividad a unas cuantas manos.
Cuando los mantos superficiales fueron agotados en 1798, la necesidad de profundizar los tiros (túneles verticales) que permitieran extender la explotación suelo abajo, implicó un incremento del uso de los recursos maderables de la región destinados para mantener en pie los socavones y atender las demandas del mismo crecimiento poblacional generado por el auge minero.
Ello devino en una sobrexplotación del medio ambiente agravada por el sobrepastoreo, ya que el uso de animales para mover los malacates fue fundamental para hacer caminar esta actividad, por lo menos hasta 1887 fecha en que comienza el proceso de electrificación de las minas.
Jorge Quijano, Director turístico y guía local de Real de Catorce, dice tener un bosquejo que demuestra como antes la sierra de Catorce estaba poblada de encinos, álamos y en menor medida mezquite; y como a partir de que los gambusinos fueron descubriendo las betas de mineral, los recursos maderables fueron destinados, entre otras cosas, para mantener en pie las minas mediante el uso de espolones de madera que servían para evitar los derrumbes.
Los procesos modernizadores que sobrevienen con la Revolución Industrial si bien impactaron favorablemente en el incremento de la producción, disminuyendo gastos de operación, el uso de mano de obra; y favoreciendo a su vez el mercado interno del mineral y su tránsito por el país para su exportación a través del ferrocarril; éstos no frenaron la explotación de los recursos y por el contrario se incrementó el uso de la madera que fuera utilizada como combustibles para hacer trabajar las plantas eléctricas, también alimentadas en ese entonces con energía de origen hídrico.
La explotación no sólo heredaría una región semidevastada, también traería consigo un éxodo poblacional ocasionado por la volatilidad de la minería, que sólo en los comienzos de la explotación significó la bonanza más o menos generalizada para los pobladores de la región que después, a raíz de los procesos modernizadores, fueron marginados de esta actividad, ahora bajo el control total del capital extranjero y a merced de las exigencias del mercado internacional.
Entre 1860 y 1890 la producción de plata fue en aumento y casi simultáneamente el oro comenzó a ganar preferencia en el mercado mundial, mientras México con el Porfiriato experimentaba un proceso de transición a un modelo de producción capitalista acompañado por una creciente demanda de mineral en el mercado internacional que marcaba las nuevas pautas del desarrollo dirigido al crecimiento hacia afuera y a la inversión del capital extranjero.
Mientras que la producción de plata perdió preferencia en el mercado internacional se recrudecieron las condiciones de competencia que, como un proceso inherente al desarrollo económico capitalista, comenzó a establecerse en la dinámica económica de esta actividad, pasando de una estructura productiva tradicional de crecimiento interno y de acceso a la propiedad, a una estructura productiva capitalista que dejaría fuera a todos aquellos que no tenían los recursos necesarios para competir en el mercado mundial del mineral.
El último auge importante que registró esta actividad en la Sierra de Catorce fue durante el Porfiriato para después irse a pique durante la efervescensia social y política de la Revolución Mexicana que alejó la inversión extranjera, que para ese entonces era el principal motor de esta industria. Así como la producción, la población de Real de Catorce también se fue a pique y de los 12 mil a 20 mil personas que lo habitaban en los comienzos de la explotación, ahora sólo le quedan un mil doscientos pobladores.
Una vez superado este periodo de crisis el último intento de explotación en la zona se registró en 1967 por parte de la Compañía Grupo Catorce que explotó la veta madre de San Agustín hasta 1991, única mina que siguió trabajando de las aproximadamente treinta[1] que se asentaron en la región.
Wirikuta: La vida cotidiana entre la violencia estructural
Entender Wirikuta implica sumergirse en la complejidad de su paisaje, comprender la otra parte de la realidad que convive con esta riqueza cultural que la llena de vida desde las prácticas ancestrales del pueblo wixárika (huichol). Es mirarla desde la quietud de sus paisajes tapizados por órganos, guardianes de Wirikuta; testigos congelados en el tiempo que susurran a través del viento la violencia estructural que se vive en esta región.
No obstante a su riqueza ancestral, Wirikuta también carga con una narrativa de pobreza y marginación social que durante largos años los procesos modernizadores se encargaron de alimentar, dejando como herencia la desarticulación de identidades y comunidades esteras insertas en dinámicas desmovilizantes.
Wirikuta es un territorio habitado por comunidades mestizas cuyos ejidatarios son los propietarios[2] de estas tierras, todos marcados por una tradición minera que, si bien les concede una relación identitaria con su entorno, desde hace tiempo éste dejó de significarle arraigo a sus pobladores quienes en los altibajos de la minería y particularmente al término de la misma en los años noventa, en su mayoría tuvieron que emigrar a los centros urbanos más cercanos.
Don Vicente, Secretario del ejido de Potrero que perdiera sus dedos de la mano derecha en un accidente en la mina, cuenta que la última empresa que operó en la zona se llevó a casi la mitad de la población a trabajar, agregando que la gente se fue en busca de la vida porque en ese entonces ahí “todo había quedado muerto”.
“Yo tuve ocho hijos y se paralizó la mina y todos se me fueron, uno se me fue a Durango y ya no regresó, tiene siete años que no le veo la cara” asegura doña Francisca, Consejera del ejido de Potrero y agrega que la población “la mayoría está toda fuera ¿por qué? por la misma necesidad, aquí está canijo, porque no hay trabajo”.
Potrero es una comunidad de aproximadamente 1000 habitantes que se ubica a una hora de Matehuala y a quince minutos de Real de Catorce. De sus 400 familias que en 1990 la habitaban ahora sólo quedan 120 que subsisten, entre otras cosas, del comercio, haciendo trabajos de limpieza de los hoteles en Real de Catorce, del mantenimiento y limpieza de la mina, sacando el antimonio de los tiros, de albañiles, de guías turísticos, de la cria de chivos y del trabajo de la tierra.
Ellos son los mutilados de la mina, personas y pueblos enteros enmarcados por las ruinas del progreso que heredara para las futuras generaciones una región impactada por la deforestación, la alteración del ciclo climático y la creciente pobreza que devino en un fenómeno migratorio ocasionado por la falta de oportunidades reales para el libre y pleno desarrollo de la vida.
La migración[3] aún sigue marcando a este territorio y a sus familias que no tienen problema que la actividad minera se asiente nuevamente si ello significa una fuente de trabajo que frene la migración de sus hijos, que ante la falta de empleo se van a otras entidades como Monterrey, Tamaulipas, Jalisco o Zacatecas.
El turismo, las agroindustrias, el pastoreo de chivos y en menor medida la siembra de maíz de temporal y de riego, componen la actividad económica de la región, identificada principalmente por el turismo nacional e internacional que durante todo el año llega a Wirikuta en busca de la excentricidad del desierto cuyos principales atractivos turísticos: Real de Catorce, el pueblo fantasma, el Cerro del quemado y el híkuri (peyote), le dan el valor comercial a este territorio.
No obstante, ninguna de estas actividades representa opciones reales para sus habitantes que mantiene sujetas sus necesidades primarias a los tiempos del turismo y a la escasa y deficiente oferta de trabajo que sale de Cedral, Matehuala, Real de Catorce; o bien de las agroindustrias y tomateras que captan la mano de obra barata de las comunidades, principalmente de la zona del bajío.
En el caso de las tomateras éstas también representan en lo inmediato una industria sumamente agresiva para el medio ambiente en particular para el híkuri que literalmente es arrasado por esta agroindustria, ya que en el proceso de acondicionamiento de los terrenos para la siembra de tomate se barren cientos de hectáreas que albergan a esta planta sagrada. La industria tomatera interviene además en la contención de la lluvia al lanzar cohetes que sirven para dispersar las nubes y evitar que ésta manche los tomates.
Aunque en la región se implementa el sistema de riego el campo también ha dejado de representar una opción para los lugareños sujetos en su mayoría a la siembra de temporal ya que la disminución de las lluvias ocasionada por la deforestación, cuyo promedio oscila entre 340 y 380mm anuales, brinda pocas certezas a las comunidades que sólo cuentan con el agua concentrada en el subsuelo y en los manantiales para el aprovechamiento local, que pese a la deficiente infraestructura para su distribución, constituye una fuente de certidumbre para su vida que les sería arrebatada en caso de que se consumara la explotación minera.
La mineria: El futuro incierto
Según los promedios y estándares generales de la mineria moderna, una mina utiliza por lo menos 10 mil litros de agua por tonelada de piedra extraída, lo cual implica un uso indiscriminado de este recurso que impacta directamente en la alteración de los ciclos hídricos de los mantos acuíferos subterráneos y superficiales de la región, así como en la progresiva disminución de este recurso.
En América Latina existen experiencias como el caso del altiplano potosino del sudoeste de Bolivia, lugar donde se implementó el megaproyecto de extracción de plata, zinc y plomo de la empresa Minera San Cristóbal que en 2007 comenzó la explotación a cielo abierto en esta región semidesértica, perforando pozos de donde extrae diariamente entre 40 y 50 mil litros cúbicos de agua del subsuelo, que además es agua fósil que data de 10 mil años atrás, según el informe del hidrogeólogo estadounidense Robert Moran[4], quien advierte sobre los niveles críticos a los que puede llegar esta región en caso de que la empresa minera continúe con dichos niveles de bombeo durante su vida activa que se proyecta a 20 años, los cuales ya comienzan a sentirse entre sus pobladores[5].
En el caso de la explotación a cielo abierto[6] que la empresa Minera Golondrina pretende llevar a cabo en el sitio sagrado de Kauyumaritsi en Wirikuta, según ejidatarios de la región, ésta habla de utilizar el agua del pozo de la zona de riego de las Margaritas, donde según el Plan de Manejo de Wirikuta sólo se permite su uso para el consumo local y no industrial.
El impacto ambiental de la minería además de sentirse en el uso irracional del agua también es tangible en sus métodos sumamente agresivos para el ecosistema y para los seres humanos, ya que el empleo de sustancias como el cianuro[7] o el xantato[8]; y los metales pesados por sí mismos, pueden ocasionar severos daños a la salud del ser humano, además de envenenar el agua y la tierra que a través de los procesos de filtración se contamina viéndose afectada en su producción y corriendo el riesgo de hacerse improductiva.
Jorge Quijano cuestiona la viabilidad de la minería: “ellos mismos saben que el agua que utilicen va a afectar la región, la ecología, la agricultura, por qué, porque es agua contaminada ¿qué se espera para nosotros?
En el caso de Potrero a tan sólo algunos metros de distancia de esta comunidad se encuentra una presa de jales [9]y según testimonios de sus habitantes las tierras ubicadas en el perímetro que las rodea están “envenenadas” y han dejado de producir como debieran.
En 2010 el huracán Alex —que desatara intensas lluvias en la región— provocó deslaves del material contenido en las presas de jales de Potrero y San José de Coronados. Respecto a eso los estudios realizados por la Universidad de Guadalajara en coordinación con la Asociación Jalisciense de Apoyo a Grupos Indígenas (AJAGI) sobre el material deslavado desde la presa de jales “detectaron una concentración de 54 ppm de antimonio, cuando la doctrina científica asegura que 9 ppm para tener un impacto negativo en la salud humana”.
Preocupado por tal situación el Consejo Regional Wixárika se ha pronunciado extendiendo su apoyo a las comunidades del desierto que se han visto expuestas a “la contaminación del agua que beben, al incremento de enfermedades respiratorias, gastrointestinales o incluso cáncer debido a los venenos usado en la minería y el efecto de sus residuos químicos”[10].
Pese a que First Majestic asegura que “la mayor parte de las actividades de exploración se llevará a cabo en áreas subterráneas y probablemente no serán vistas”[11] también reconoce que “algunos trabajos” pueden llevarse a cabo desde la superficie. Ello en vez de abonar a la clarificación de la información abona a la incertidumbre que de por sí impera en torno a este panorama de agravios y violaciones explícitas hacia el lugar sagrado de Wirikuta, hacia sus peregrinos ancestrales y hacia sus habitantes.
La incertidumbre en torno a los impactos de la actividad minera también se incrementa en la nula transparencia de la información ya que para estas fechas First Majestic Silver aún no presenta su estudio de impacto ambiental e incluso no cuenta siquiera con los permisos ambientales por parte de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y el único informe Técnico “accesible” en su página con número de serie NI 43-101[12] consta de 77 páginas escritas en ingles.
No obstante a lo anterior, el gobierno Mexicano a través de la Secretaría de Economía en su reporte no. 51 de Coyuntura de la Minería Nacional con fecha del 11 de octubre del presente año, insiste en anunciar el arranque del proyecto de la “Minera Real Bonanza de Real Majestic en Real de Catorce”[13] que se plantea inicie en 2012.
A cambio de devastar la región y de ocasionar severas afectaciones ecológicas que mermarían aún más la condición y los modos de vida de sus pobladores, Fisrt Majestic en la comunidad de Potrero ofrece talleres de platería, cocina y guitarra además de un Museo de Minería[14], prometiendo empleo para aquellos que concluyan satisfactoriamente su estancia en los talleres y para aquellos que se interesen en trabajar en las minas.
No obstante, la generación de empleos viene a ser una cortina de humo ya que cualquier actividad minera se plantea límites en el tiempo. En el caso de First Majestic la explotación está proyectada para 10 años, por lo que ésta supuesta opción de trabajo tampoco resulta ser una salida real para los habitantes de la región que al concluir la explotación regresarían a su condición de vulnerabilidad agravada por el daño ambiental que herede la actividad minera para este territorio.
La ruptura del tejido social, la transgresión de lo sagrado, la destrucción física y simbólica del territorio, la descolectivización de los recursos, la contaminación ambiental con impacto en la salud, el uso irracional de los recursos hídricos en detrimento de los modos de vida y la migración; son algunos de los problemas que atraviesan la historia de esta región, cuyos costos serían irreparables si First Majestic, Minera Golondrina o cualquier otra minera consumara la explotación en Wirikuta.
La próxima semana: Tercera y última parte.
Wirikuta: “La peregrinación de los wixaritari en su lucha por la vida”. Tercera parte
No obstante, en su camino por defender Wirikuta el pueblo wixárika ha logrado construir un frente histórico de lucha con carácter regional que resultó en septiembre de este año en la formación del Consejo Regional Wixárika, órgano integrado por los gobiernos tradicionales y agrarios de las comunidades de San Sebastián, Santa Catarina y Bancos de San Hipólito, que se une en una sola voz extendida a través del Frente en Defensa de Wirikuta Tamatsima Ha´a hacia la sociedad civil, para manifestar que “no puede haber negociación posible con la empresa minera y el gobierno federal, cuando lo que está en juego es la vida de un pueblo”….
[1] Entre las minas que estuvieron en actividad en esta región están: “La Purísima, Valenciana, San José de Santa Ana, Guadalupe de Veta Grande, Concepción, Guadalupito, Estrella, Zacarías, San Miguel, Dolores, Santa Eduwigis, Altagracia, Ánimas, San Jerónimo, Santa Ana, Campanita, Señor de Matehuala, Refugio, Socavón del Refugio, Rayas, Naranjera, Cinco Señores, San José de Gracia, Ángeles, San Eduardo, El Refugio, Señor de los Milagros, San Agustín, Santa Maria, San Antonio, Promontorio, Socavón del Venadito, San Román, Guadalupe del Desierto, San Francisco de Pipí, San Juan de Boquiero, Sereno, Dolores Trompeta, San Rafael, San Plutarco, San José de los Villanos, La Luz, La Escondida, San Vicente, La Filosofal, Candelaria, Gibraltar, La Merced, Mina de los Pobres, Descubridora, Señor de Zavala o Padre Flores, más otras pequeñas catas que casi no dieron producción”. Para ampliar la información consultar en: http://www.realdecatorce.net/histo.htm
[2] El reconocimiento de la posesión de los territorios que tradicionalmente son ocupados o usados por los pueblos indígenas para actividades “tradicionales y de subsistencia” es también uno de los temas que contempla el Convenio 169 de la OIT es su artículo 14. Para ampliar la información en: http://www.ilo.org/ilolex/spanish/convdisp1.htm
[3] De acuerdo a los resultados que presenta el II Conteo de Población y Vivienda del 2005, el municipio de Catorce cuenta con un total de 9,159 habitantes marcado por un alto grado de migración. Para ampliar la información estadística de esta zona en: http://www.e-local.gob.mx/wb2/ELOCAL/EMM_sanluispotosi
[4] El hidrogeólogo Robert Moran fue contactado por el equipo técnico conformado en 2007 por la Comisión para la Gestión Integral del Agua en Bolivia (CGIAB) y la Federación Regional Única de Trabajadores Campesinos del Altiplano Sud (FRUTCAS) para desarrollar un informe de impacto de los recursos hídricos de la región que sirviera para dar respuesta a las incertidumbres generadas en torno a la actividad de la Minera San Cristobal y sus impactos relativos al agua.
[5] Las consecuencias comienzan a sentirse en esa región donde el promedio de precipitación pluvial oscila entre los 150 y 200 milímetros anuales, y donde la escases del agua paso de ser una remota posibilidad a una realidad para las comunidades aledañas donde sus pobladores han comenzado a preocuparse sobre “varias filtraciones que se han secado, fuentes y bofedales que alimentaban su ganado, sobre disminuciones en los niveles de agua de pozos privados, sobre la posible contaminación de aguas subterráneas y superficiales por causa de desechos mineros, envenenamiento de flamencos y otras aves” Fragmento extraído del Texto “Minando el agua: La mina San Cristóbal, Bolivia” de Robert Morán, 2010. Para ampliar la información consultar en: http://www.constituyentesoberana.org/3/destacados/122009/181209_1.pdf
[6] “La minería moderna de metales implica principalmente la construcción de tajos abiertos inmensos, usando explosivos y equipo mecánico con impactos mucho mayores que la minería tradicional. Es común encontrar tajos abiertos de entre 1 a 2 quilómetros de diámetro y de 300 a 400 metros de profundidad”. Fragmento extraído del Texto “Minando el agua: La mina San Cristóbal, Bolivia” de Robert Morán, 2010. Para ampliar la información consultar en: http://www.constituyentesoberana.org/3/destacados/122009/181209_1.pdf
[7] “ Los integrantes del FDW dicen que en los trabajos exploratorios que realiza la empresa Micón, S.A. de C.V. para la First Majestic consisten en un proceso de flotación que implica el uso de xantatos; según otros estudios, sobre todo los de Normabec Minning Resources, filial de la canadiense, se utilizará cianuro. De hacerlo así, el acuífero sufrirá severos daños a un ritmo de 10 mil litros por tonelada, lo que impactará la vida silvestre de la zona, sostiene Tunhuari Chávez, geógrafo ambiental que se solidarizó con la defensa de Wirikuta”. Fragmento recuperado del texto “La traición de los huicholes” de Arturo Rodríguez García. Para ampliar información en: http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/notas/2011/6/5/traicion-huicholes…-236719.asp
[8] Los xantatos son compuestos orgánicos obtenidos a partir de bisulfuro de carbono, alcohol y un álcali, se los reconoce por su fuerte olor a azufre, solubilidad en agua, y la toxicidad que ocasionan en la fauna acuática en niveles de 0,1 mg/L y en la salud humana” En la explotación minera por flotación, se usan estos detergentes y xantatos, investigados mediante pruebas de toxicología utilizando el método de Toxicidad Aguda con peces (Pez “Guppy”) a fin de obtener la concentración letal media: se comprobó que se trata de uno de los tóxicos más peligrosos que se conocen. Los xantatos son doce veces más tóxicos que los detergentes de la minería por flotación y en ningún caso biodegradables. http://www.elpasodelosandes.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=109%3A-ipeligro-xantato-&catid=35%3Ael-paso-no42&Itemid=4
[9] Las presas de Jales son depósitos especiales donde se almacenan los residuos mineros — materias residuales producto de la extracción de los minerales y sustancias de valor (jales)– para su sucesiva limpieza.
[10] Pronunciamiento del Consejo Regional Wixárika con fecha del 23 de septiembre del presente año, recuperado por en la página de la Universidad de Guadalajara. Para ampliar la información en: http://www.uaci.udg.mx/noticia.php?Id=278
[11] Introducción del proyecto minero “La Luz” por la empresa minera First Majestic Silver. Para ampliar la información en: http://www.firstmajestic.com/i/misc/La-Luz-sp2.html
[12] “Informe Técnico del proyecto minero “La luz” por la empresa Firts Majestic Silver. Para ampliar información en: http://www.firstmajestic.com/i/pdf/NI43-101-LaLuz.pdf
[13] Estas empresas son las filiales de First Majestic Silver.
[14] Las actividades de First Majestic en la zona se iniciarán con la construcción del Museo de Minería en las instalaciones que ocupa la vieja Hacienda de Santa Ana (La Luz). Este nuevo Museo será una parada de interés para turistas que visiten el área y dará empleo a gente de la localidad. En este momento se está evaluando el proyecto y la inversión requerida. Una vez finalizada la evaluación, First Majestic procederá a obtener todas las autorizaciones y permisos necesarios. El propósito del Museo de Minería será mostrar la imagen integral de la actividad minera en el pasado, presente y futuro. http://www.firstmajestic.com/i/misc/La-Luz-sp2.html
Bibliografía de apoyo:
Herrera Canales, Inés (Coord). La minería mexicana. De la Colonia al siglo XX, 1998.
Guía Turística: Real de Catorce. San Luis Potosí. Gobierno Federal
Gómez Rodríguez, Moises. Tesis de doctorado: Propiedad y empresa minera en la mesa centro-norte de México. Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas, 1880-1910. Universidad Autónoma de Barcelona, 2004. Para consultar texto en:http://www.mineriaenlinea.com/publicaciones/enviados/mgr1de2.pdf
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